Rachid no ha obtenido ni el protagonismo ni la confianza necesaria para poder demostrar todo lo que vale, aunque las veces que lo hizo demostró tener plena confianza en sí mismo a pesar de no contar mucho para los entrenadores. Su 2017 empezó malo con el Club Deportivo Tenerife, club en el que estuvo cedido, ya que las lesiones le alejado de los terrenos de juego casi toda la temporada.

Un año de pocas oportunidades

El argelino no jugaría con el club chicharrero hasta la Jornada 24, donde se enfrentó al Elche Club de Fútbol, jugando únicamente 10 minutos. Después de ese sólo disputaría cuatro partidos más, jugando únicamente uno de titular y registrando 156 minutos en total, ya que hay que tener en cuenta que las lesiones y la poca aportación al equipo no le permitieron dar el máximo en los partidos. Al parecer el cambio, que a priori se pensaba que iba a darle la oportunidad de reivindicarse como futbolista, se le convirtió en un cúmulo de infortunios que le persiguieron en su salida del Sporting de Gijón.

Un verano muy movido

En su regreso al club rojiblanco se barajaba desde un primer momento una nueva salida, a poder ser en calidad de transferible, por una posible decisión del director deportivo, Miguel Torrecilla, y del entrenador por aquel entonces, Paco Herrera, que no lo tenía incluido en su lista de jugadores con los que iba a contar. El argelino estuvo todo el verano trabajando con el equipo, pero a la vez estaba pensando en si podía o no volver a desvincularse de la entidad rojiblanca. Al final se supo que se iba a quedar, ya que se iba acercando el final de verano y ningún club mostraba interés por él, por lo que tenía todas las papeletas para poder quedarse.

Poco a poco se fue integrando en el equipo

Una nueva temporada comenzaba para Rachid y parecía que las cosas pintaban igual de mal que la pasada. Entraba en pocas convocatorias pero en ninguno de esos partidos jugaba, hasta que Paco Herrera, era el entrenador por aquel entonces, decidió darle la oportunidad ante el Real Valladolid, teniendo en cuenta las bajas en el medio centro que sufría el Sporting de Gijón, y el argelino respondió de una gran manera, ya que intentó levantar el equipo y animar a los suyos y eso hizo que todos fueran conscientes de todo lo que podía llegar a hacer. Como premio de ese esfuerzo sería convocado, y posteriormente jugaría, los tres siguientes partidos, donde volvería a demostrar todo lo que puede llegar a hacer en un terreno de juego cuando se le da la confianza necesaria para crecer aún más como futbolista.Todo era felicidad, hasta que las lesiones le volvían a atormentar y no volvería a jugar en todo lo que quedaba de año.

Los datos no inspiran mucha confianza

Si hacemos una comparación de los datos de la pasada temporada con las de esta podemos notar que existe una ligera mejoría. En su inicio del año con el Club Deportivo Tenerife jugó cinco partidos, jugando únicamente uno de titular, sin recibir ninguna cartulina y sin marcar ningún gol. En este nuevo inicio del Sporting de Gijón disputó un total  de cuatro partidos, jugando dos únicos partidos de titular, recibiendo dos amarillas y sin marcar ningún gol.

Año nuevo, vida nueva

Se espera que este 2018 sea un año bueno donde las lesiones estén en un segundo plano y no le entorpezcan en su crecimiento como futbolista, ya que es un jugador de rotación que te puede aportar pases ofensivos y que, con su juego y movilidad del balón, te puede subir las líneas del ataque.

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Sobre el autor
Pelayo Rodríguez
Apasionado del fútbol desde que fui a El Molinón siendo un niño. Enamorado del Sporting de Gijón por y para siempre, de ahí que escriba para su redacción. Antes me gustaba ver el fútbol desde la grada, ahora lo amo siendo redactor. Redactor deportivo que busca cambiar el panorama actual.