Comienza una nueva etapa en la vida futbolística de Alejandro Gálvez, después de no haber convencido a Mendilibar entre la pretemporada y el inicio de la misma. El club armero le ha buscado un nuevo destino, en calidad de cedido, para que no pierda el ritmo y aumente su nivel. Los desastrosos resultados que acompañaron al Eibar al comienzo de la campaña dieron mucho que hablar, y Mendilibar decidió que Gálvez no debía seguir estando en la pareja de centrales.

Gálvez disputo cuatro encuentros desde la titularidad, y en todos ellos completo los noventa minutos de juego, pero esto no sirve de nada si el resultado es negativo. Como aliciente, el central marcó el gol que dio los 3 puntos frente al CD Leganés en Ipurúa. Pero esta no es la tarea fundamental de un central. Si nos fijamos en los otros tres partidos en los que el granadino jugó, el cielo torna gris. Frente a la Real Sociedad, Celta de Vigo y FC Barcelona; 13 goles en contra. Un dato escandaloso, el cual no es sólo problema de Alejandro, pero en el que si que recae parte de la culpa.

Nueva etapa

Pero no es momento de mirar atrás. El defensa andaluz ya se encuentra en las Islas Canarias, y ha pasado reconocimiento médico para incorporarse a las filas de la UD Las Palmas hasta el final de la presente temporada. En el club canario se encontrará con el entrenador más importante de su carrera futbolística: Paco Jémez. El técnico canario, que ahora entrenará al club de su ciudad natal, fue el mismo que le dio la oportunidad y los minutos necesarios para crecer como un futbolista de Primera División, en el Rayo Vallecano. Gálvez se convierte así en el segundo refuerzo del club amarillo.

Por otra parte, el defensa granadino tiene contrato con la SD Eibar hasta verano de 2019, por lo que al término de su cesión, regresará a Eibar con un año por delante. Habrá que seguir su rendimiento en el equipo insular para saber si al club guipuzkoano le conviene seguir conservando a Alejandro durante la próxima temporada.