Parece que esta temporada el defensa argentino Ezequiel Garay ha encontrado la estabilidad en el Valencia. El central procedente del Zenit de San Petersburgo fue uno de los jugadores clave la temporada pasada. Aunque fuera una temporada en la que el Valencia fue bastante irregular y muy criticado, tuvo mucho protagonismo y jugó 27 de los 38 partidos de liga. Esta temporada, tras un verano muy movido en el que ha habido especulaciones sobre su posible salida, finalmente se ha quedado en el Valencia.
Su llegada a Mestalla
Tras una mala temporada, el Valencia buscaba a un central de garantías para una defensa que se había quedado coja, con la marcha de Mustafi al Arsenal de la Premier League. Las oficinas del Valencia estaban a la espera de aceptar ofertas por centrales y tras muchos contactos y negociaciones, el Valencia pudo contactar con el Zenit para hacerse con el fichaje Garay, aunque fueron unas negociaciones duras por parte de Peter Lim. Con él llegó Eliaquim Mangala debido a que Otamendi también se fue, en ese caso al Manchester City.
Garay fue uno de los fichajes más esperados por la afición valencianista. En el Zenit dio un muy buen rendimiento y el equipo che decidió confiar en él. Por Garay se desembolsaron 20 millones y el contrato fue acordado por cuatro temporadas. La anécdota es que el jugador fue fichado el último día que se cerraba el mercado de fichajes y llegó a la una de la madrugada del día 1 de septiembre a Valencia. El culebrón se había cerrado y Garay vestiría la camiseta del Valencia cuatro temporadas.
En su primera temporada como che, Ezequiel Garay disputó 27 partidos y aunque el equipo tuvo muchos problemas, fue uno de los más destacados. Empezó de titular y en su primer partido con la camiseta del Valencia anotó un gol. El partido acabó con derrota de los valencianistas a favor del Betis por 2-3 pero Garay dejó una buena actuación por primera vez ante su afición. Además, el Valencia consiguió meter dos goles en tres minutos y con diez jugadores.
El argentino era titular en el Valencia, pero las lesiones iban cortando su progresión. Tras el primer partido, tuvo una lesión muscular que le dejó un mes fuera de los terrenos de juego.
Hay que decir que el Valencia de la temporada pasada era muy irregular, que pudo salvarse por el espíritu y la esperanza que transmitía Voro a sus jugadores. Eso se notó también en el juego de Ezequiel Garay, que, aunque fuese un central de garantías, a veces se sentía inseguro sobre el campo, debido a la situación general del equipo. También es curioso que el argentino nunca ha sido expulsado, eso demuestra también la profesionalidad del jugador.
Tras una temporada en la que fue titular indiscutible en las alineaciones del Valencia, a pesar de los cambios de entrenador y la interrupción de las lesiones llegó el verano y el jugador estaba en venta. Debido a lo que había ocurrido la temporada pasada y la edad de Ezequiel Garay, el Valencia quería apostar por jugadores más jóvenes y renovar la plantilla. Pero después de que Juventus o Spartak de Moscú, que fue el que se lanzó más a por Garay, no convencieran a la directiva valencianista. El argentino se quedó.
El reto de la consolidación
Tras el fichaje de los centrales Jeison Murillo y de Gabriel Paulista, todo hacía pensar que jugaría menos partidos que la temporada pasada, pero esto no está siendo así. A estas alturas de temporada, el año pasado jugó hasta diciembre nueve partidos y en la actual lleva once y también se ha lesionado una vez. Dicha lesión le ha hecho perderse cuatro partidos. Debido a la lesión de Murillo, Garay ha podido ser titular y ha demostrado estar en una gran forma en los partidos que ha disputado.
Cuando en verano Garay tenía más papeletas de estar fuera del Valencia esta temporada, el argentino se ha quedado y su objetivo es consolidarse como titular en la defensa del Valencia unos cuantos años más. De hecho, el rendimiento de Garay en los partidos que ha jugado esta temporada está siendo mucho mejor que la temporada pasada, aunque también influye que el rendimiento general del equipo haya subido.