El Lleida, primer rival del 2018, y primera piedra para el Atlético de Madrid en el nuevo año. La ida de los octavos de final de la Copa del Rey ha traído el mejor regalo posible para Simeone y el equipo colchonero: el regreso de Diego Costa a los terrenos de juego después de estar varios meses sin jugar, debido a la sanción de la FIFA al equipo colchonero sin inscribir jugadores hasta el 1 de enero. Y Costa ha respondido a las expectativas que había en torno a su nueva etapa con Simeone al mando. Nada más salir, ya empezó a aportar al equipo en el que ha sido más feliz, además ganando más títulos que en el Chelsea, por ejemplo. El internacional español marcó a los cinco minutos de saltar al terreno de juego de los Campos d' Esports y dio un clínic de lo que mejor sabe hacer.

Máster de lucha e intensidad

Diego Costa no tenía nada que demostrar pero todo por hacer en su primer partido en su nueva etapa con el Atlético de Madrid. El gran objeto de deseo de Diego Pablo Simeone hizo lo que mejor sabe: darlo todo en el terreno de juego. El hispano-brasileño empezó su partido de la mejor manera, con un gol, el primero de su nueva era con la elástica del equipo de la capital de España. Costa y el Atlético. El Atlético y Costa. Son dos conceptos cuyos ADN son idénticos: coraje y corazón. El delantero ofrece lo que mejor sabe hacer: dejarlo absolutamente todo en el campo desde el principio, y hasta el final.

Se hizo esperar la llegada de Diego Costa, pero mereció la pena. La defensa del Lleida sufrió en sus carnes el primer mensaje de lo que es capaz de hacer el ex jugador del Chelsea. El primer gol de la nueva etapa de Costa con el Atlético de Madrid es clara muestra de ello: intensidad, lucha y coraje hasta el final. Si hay que fajarse con la defensa, hasta el final, es necesario, porque el de Lagarto sigue con el gol en la cabeza, a pesar de que pasan las temporadas, y ya no es el mismo que hace 5 años.

Diego, por dos veces

Simeone, el faro del Atlético de Madrid, ha encontrado su mejor regalo con la incorporación de Diego Costa. El entrenador argentino buscaba un delantero de las características de uno de sus productos estrella, y Costa era el más adecuado para el equipo, para hacer una pareja de oro y quilates con el francés Antoine Griezmann.  El delantero de Maçon ha encontrado un socio de garantías en Costa y que hace la competencia, mejorando la calidad y el esfuerzo de todos los delanteros rojiblancos.