Salida extremadamente complicada la que tiene hoy el Real Madrid. Vigo no es lugar para blandos. Y en las oficinas del Santiago Bernabéu lo saben. La eliminación en los cuartos de final de la Copa del Rey del curso pasado, todavía escuece en la plantilla merengue. El único título que no lograron los blancos en 2017. La última piedra del "Sextete".

Ahora los de "Zizou" no viajan con la idea de jugar una eliminatoria, sino una final. Una nueva derrota en tierras gallegas, terminaría por confirmar la retirada en la lucha por la Liga. 17 puntos (a expensas de lo que haga hoy el Barcelona ante el Levante en casa) serían una ventaja ya insalvable. Imposible. Y con Coutinho y Dembélé en la Ciudad Condal, el más difícil todavía.

Para mantener la esperanza, Zidane podrá contar en el once inicial con los dos jugadores más caros de la historia del club de Chamartín: Cristiano y Bale. No estará Benzema (se lesionó hace unos días en un entrenamiento), pero sí lo hará el "Expreso de Gales". El británico volvió hace ya casi un mes de su lesión en el sóleo que lo mantuvo apartado mucho tiempo de la competición, pero todavía no ha podido coger el ritmo competitivo necesario para iniciar un encuentro.

Todo apunta a que lo hará hoy. Y de manera necesaria. Gareth ha echado de menos al Madrid y el Madrid a Gareth. Por su velocidad. Por su verticalidad. Por su búsqueda de la portería constante. El actual campeón de Europa no ha encontrado un patrón ofensivo esta temporada (salvo las genialidades de Isco). No obstante, con un jugador más por delante del balón, capaz de estirar y profundizar los ataques, quizá las cosas cambien. Veremos qué jugadores alinea hoy el técnico "galo" desde el principio, pero está claro que con Bale en el campo, cosas diferentes van a pasar.