Una vez más el mismo cuento, el mismo final. Se escapa de nuevo otra victoria para el Villarreal. El aficionado groguet ya casi podía ver esos tres puntos más y a su equipo en quinta posición. Pese al mal juego, confiaban en mantener el gol de ventaja que consiguieron en el minuto 30. Pero nada más lejos de la realidad, una vez más el equipo rival, en este caso el Dépor, consigue arrebatar puntos en los últimos instantes del encuentro, logrando un empate 1-1 gracias al gol de Andone en el 80’.
Contra el Deportivo de la Coruña se ha vivido una historia muy parecida a la que ocurrió en San Mamés en noviembre, cuando Aduriz consiguió el empate a uno en el minuto 77. Más dolorosa fue la derrota contra el Sevilla, que consiguió remontar un 2-0 en el Estadio de la Cerámica, ante la perplejidad de la afición amarilla. Recientemente en Butarque el Villarreal vivió una derrota aplastante por 3-1, en un partido donde el equipo castellonense volvió a marcar primero.
Demasiados encuentros con el mismo desenlace en los últimos meses. No parecen problemas puntuales, sino que internamente fallan en muchos aspectos. Se puede destacar la falta de concentración, de contundencia defensiva, pero sobre todo la falta de pegada que impide sentenciar los partidos. El Villarreal está acostumbrado a llevar el control del encuentro y la posesión, pero esta temporada no está sabiendo sacarle beneficio a esta forma de jugar, y cae en una monotonía que genera pocas ocasiones. El planteamiento es el mismo, sigue su firme filosofía, pero en los últimos instantes de juego tienden a perder el esférico y a cometer fallos graves que acaban sentenciándolos.
El equipo vive una situación difícil tras la marcha de Bakambu, no es fácil perder a tu máximo goleador a mitad de temporada, pero hay que ver si tanto Enes Ünal como Roger Martínez consiguen hacer olvidar al congoleño.