El Villarreal podía ayer colocarse en quinta posición por delante del Sevilla pero el rombo de Calleja no brilló en el Estadio de la Cerámica. El equipo que despedía a Bakambu y no contaba con Trigueros en el eje del centro del campo, no supo funcionar en un partido que parecía vital.

Un equipo endeble en el peor partido de la era Calleja en el Submarino. El entrenador madrileño apostó por todas las formas posibles para lograr revolucionar al equipo pero las bajas impidieron poder cambiar la intensidad del partido. Ayer el Villarreal no jugó con las seis marchas puestas y se notó enseguida. Les costó mucho superar la presión del Deportivo y nunca dominaron con claridad. Con muy pocas llegadas y un par de paradas de Asenjo. El Submarino necesitará mucho más si pretende seguir el ritmo de sus competidores.

El Deportivo se encontró con un mal Villarreal

El Villarreal se puso por delante en el partido por su incuestionable calidad, pero lo cierto es que el Deportivo supo aprovechar las carencias del equipo local. Pese a ponerse por detrás en el marcador nunca dejó de remar y finalmente se aprovechó de la incertidumbre y la imprecisión de los amarillos para adentrarse hasta el área con facilidad en varias ocasiones.

El gol de los de la Coruña llegó tras la inmersión de un central desde su posición en el eje de la zaga y un gran centro que remató Andone. Una muestra más de como el Villarreal desaprovechó la oportunidad de llevarse los tres puntos.

La falta de gol y la intensidad del Villarreal

Es una de las principales acusaciones de la afición a su equipo, que ante una situación de ponerse delante por la clasificación y no ser capaz de salir con la intensidad y las ganas necesarias para afrontar el partido. Algo que se vio reflejado en la falta de gol y de ideas a la hora de pasar del centro del campo. Parecía que el Submarino no sabía como entrar en el área rival y no fue capaz de solventar la situación.

Las innumerables bajas que sufre el equipo y la obligación de jugar con jugadores del Villarreal B, pueden ser una de las claves para entender qué le pasa al Submarino que no es capaz de sacar la presión arriba y todavía no ha ganado en 2018. A pesar de empatar y sacar un punto, las sensaciones no son muy positivos, pues es el tercer partido consecutivo en casa que el Villarreal no consigue ganar. Una situación que deberán intentar cambiar si quieren seguir peleando.

El Villarreal no remata los partidos

No es la primera vez desde la llegada de Calleja que el Villarreal se pone por delante en el marcador y no sabe mantener el resultado. Tanto en San Mamés como en Butarque no supo aprovechar su ventaja, y ante los leones empataron mientras que perdieron contra el Leganés. Ya en el feudo amarillo, el Sevilla le remontó un 2-0 y ayer el Deportivo logró sacar un nuevo punto.

Un problema que parece no tener todavía solución. Ayer, el Submarino se puso nervioso y la grada con él. De nuevo en el minuto 84 les empataban el partido y no tenían opción margen para remontar. Se repetía la historia.

Si algo quedó claro anoche en el Estadio de la Cerámica es que el Villarreal necesita dar un giro a la situación y volver a ser el equipo solvente en su casa que solía ser. El primer paso puede ser la eliminatoria de Copa del Rey ante el Leganés. En este mes se juegan muchos partidos ligueros en casa y la afición deberá seguir apoyando a su equipo pese a las malas rachas.

Las bajas están mermando al equipo que todavía no se ha visto con todos sus efectivos disponibles. Y esa puede ser una de las claves, pues todos los jugadores deben jugar todos los minutos y el cansancio empieza a hacer mella a mitad de temporada.