Son muchos los culpables de la mala situación por la que está pasando el Real Madrid durante esta temporada. No se puede personalizar en nadie. Son muchos los aspectos a mejorar si el conjunto blanco quiere aspirar a levantar algún título este año, pero sí hay una faceta que está matando a los de Zidane: la fragilidad defensiva. Es cierto que los madridistas nunca han sido un equipo que se caracterice por su contundencia en la defensa, pero este año está siendo más notable que antaño. Cada vez que pierde el balón en campo contrario una sensación de miedo recorre los cuerpos de los aficionados blancos. Ya sea por la poca capacidad y velocidad en el repliegue o por una mala colocación en la faceta defensiva, el equipo blanco encaja goles con una facilidad pasmosa. Cualquier equipo es capaz de crearle una decena de ocasiones claras, algo extraño en un equipo que no debe conceder tanto.

Esa fragilidad se multiplica cuando los partidos se disputan en el Santiago Bernabéu. Que un equipo de una división inferior como el Numancia consiga hacer dos goles al vigente campeón de Europa no habla demasiado bien de los madridistas. Y si encima es algo reincidente, ya que el Fuenlabrada también pudo hacer dos goles en el coliseo blanco, es alarmante. Para resumir toda esta situación basta un solo dato: en seis de los 15 partidos que el Real Madrid ha disputado en casa, los blancos han encajado dos o más goles. Esto puede ser uno de los motivos que esclarezca el por qué le está costando tanto al equipo de Zidane sacar los partidos como locales adelante.

El presente es preocupante pero el futuro se presenta mucho peor. En poco más de un mes visitará el Bernabéu el PSG en los octavos de final de la Champions. Si equipos de categorías inferiores han conseguido marcar hasta dos goles, ¿qué podría pasar cuando un equipo liderado por Neymar y Mbappé pisen el césped madridista?

Si el Real Madrid quiere tener opciones de superar esa eliminatoria, deber mejorar mucho en ataque, pero, sobre todo, terminar con la sangría de goles encajados.