Gerard López anunció movimientos durante el mercado de invierno y es que el FC Barcelona B los necesita. El filial culé ha cerrado la primera vuelta de la Liga 1|2|3 en puestos de descenso. "Los refuerzos serán importantes para que los jugadores sientan una sacudida, valoren dónde están y den un paso adelante", declaró Gerard López antes del pasado encuentro frente al Real Zaragoza.
Christian Rivera ha sido el primer regalo para el entrenador del filial. El pivote llega cedido procedente de la SD Eibar con una opción de compra a final de temporada. Las cifras de la operación no se han publicado.
"Me gusta el fútbol, seguía la Segunda División y veía que el Barça B era un club en el que podía encajar. Además, el primer equipo es el mejor del mundo. Así que no dudé en venir", ha declarado Rivera a los medios oficiales del Barcelona. El pivote asturiano es un refuerzo de lujo para el filial culé.
Pese a tener 20 años, Rivera ha disputado 24 partidos en Primera División y seis en Copa del Rey con la camiseta del conjunto armero. "Definirme es difícil, debería hacerlo la gente de fuera, pero me considero un jugador que trata bien el balón y al que le gusta el fútbol de ataque", ha reconocido el joven futbolista.
Antes de pisar el fútbol profesional, Rivera formó parte de las categorías inferiores del Sporting de Gijón. El centrocampista, sin embargo, cambió en su etapa de juveniles las instalaciones de Mareo -la cantera sportinguista- por el Carlos Tartiere. Rivera debutó en Segunda División con el Real Oviedo antes de firmar por el Eibar en la temporada 2016/2017.
Rivera acaba de aterrizar en un FC Barcelona B en apuros. Una situación y una categoría diferente a las que vivía hace unas semanas en Eibar. No obstante, el joven futbolista tiene los objetivos claros: "El principal será la salvación y luego crecer como futbolista para cumplir el sueño de llegar a arriba".