Real Madrid y Villareal son, sin lugar a dudas, dos de los grandes equipos de La Liga Santander. Dos clubes totalmente diferentes desde el punto de vista de gestión deportiva y económica, pero que no paran de cosechar éxitos y grandes resultados en las últimas temporadas.

El equipo blanco es uno de los grandes transatlánticos europeos. Un club nacido y diseñado para ser, o al menos pelear por ello, el mejor. Los últimos dos años del fútbol mundial han sido de pura hegemonía madridista. A pesar de que el mejor de siempre juegue en el máximo rival. Pero las cosas se están torciendo durante esta temporada para un equipo que parecía, allá por el mes de septiembre, que iba a volver arrasar por donde pasase. Con una de las peores actuaciones en Liga de la última década y un último partido en Copa ridículo frente al Numancia -sin quitar mérito al cuadro soriano-, esos jugadores que parecía iban a volver a pasearse por Cibeles este próximo mes de mayo están contra las cuerdas y, a día de hoy, la sensación es que en marzo pueden estar de vacaciones. Aunque algunos parece que ya lo están.

Por su parte, el submarino amarillo tampoco se encuentra en su mejor momento. A pesar de que se encuentran en una cómoda situación liguera, en puestos europeos, podrían estar mejor. Una eliminatoria en Copa que parecía asequible para los de Calleja ha acabado dejándoles viendo el sorteo de este viernes desde casa. La irregularidad en los resultados ligueros no acompaña y las altas y bajas del mercado invernal han hecho, a priori, perder potencial ofensivo a un equipo que basa su juego en el toque, la posesión y el juego bonito. 

Muy tocado, pero no hundido

El Real Madrid llega al encuentro frente al Villareal en el Santiago Bernabéu con la sensación de que han tirado La Liga en el mes de enero. Lo que a principios de temporada parecía un simple bajón de juego, que suele ser habitual, se ha convertido en un problema crónico. Algunos parece que no están al cien por cien. Que no tienen la cabeza centrada en ser un equipo. Otros se dedican a reprochar errores a sus compañeros cuando deberían de ser los ejemplos a seguir. Pero bueno, ¿qué más da?, si ya tienen los trofeítos individuales en el bolsillo. Eso debe pensar más de uno. 

Los resultados del equipo -hablando de los últimos cinco partidos en Liga- hablan por sí solos. Una victoria en el Bernabéu ajustada frente a un conjunto, el malagueño, que ha acabado su último partido de Liga con jugadores llorando sobre el verde. Un empate en San Mamés donde ni si quiera fueron capaces de anotar un gol. Un baño en la segunda parte del máximo rival en tu propia casa que dejó un resultado KO. Un empate en Balaídos dando las gracias al que la prensa quiere echar desde hace años, Keylor Navas, porque pudo ser una humillación del conjunto de Unzué. Entre medias, una manita al Sevilla, que lleva cuatro meses sin saber a qué juega, donde parecía que el rumbo del equipo iba a cambiar. Pero fue un simple espejismo. 

Gareth Bale, la única gran noticia de Balaídos | Foto: Real Madrid CF
Gareth Bale, la única gran noticia de Balaídos | Foto: Real Madrid CF

La Copa del Rey parecía el escenario perfecto para empezar a reconciliarse con la parroquia madridista. Un partido fácil. Un trámite. Eso es lo que debería haber sido el último partido del equipo frente al Numancia. Pero nada más lejos de la realidad, la situación no cambió. Un Segunda División estuvo a punto de llevarse la victoria en el campo del vigente bicampeón de Europa y del mundo. Con los menos habituales en el verde. Aquellos que la anterior campaña dieron media Liga a Zidane. Los que menos culpa tienen de la situación liguera del equipo, tampoco pudieron darle una alegría a su afición

Pese a todo, el equipo no puede desconectarse. Los octavos de final de la Copa de Europa están a la vuelta de la esquina. Y delante estarán Neymar, Mbappé y Cavani. Probablemente la delantera más terrible de Europa en lo que llevamos de temporada. Porque aunque no se gane La Liga, se puede ganar la Copa de Europa -8 de las 9 últimas orejonas llegaron sin hacer gran cosa en la competición doméstica-, y para ello hay que empezar a coger ritmo y mejorar el juego en los partidos previos a este enfrentamiento que se antoja como antológico. Y por otra razón: por historia y por valores; el Real Madrid nunca se rinde

El tridente que puede mandar al traste la temporada blanca | Foto: @PSG_inside
El tridente que puede mandar al traste la temporada blanca | Foto: @PSG_inside

El Villarreal, a enderezar el rumbo

El conjunto amarillo tampoco llega en su mejor momento. Los pupilos de Calleja aterrizan en la capital española tras caer eliminados en la Copa del Rey frente al Leganés. Una eliminatoria que quedó muy marcada por un encuentro de ida donde el submarino amarillo salió muy lastrado tras no poder anotar ni un solo gol en Butarque. En La Cerámica lo intentaron de todas las maneras posibles pero, cuando más cerca estaban de anotar el primer gol del partido, una contra de libro del equipo pepinero acabó con Nabil El Zhar poniendo en balón en el fondo de la portería de Barbosa con una espléndida vaselina. El mismo Barbosa acabó el partido rematando un par de corners en el área rival cuando el marcador reflejaba un resultado de 2-1, pero ahí acabó la historia. El Villarreal no fue capaz de superar finalmente el gran entramado defensivo planteado por Garitano y el Leganés consumó así su mejor participación de la historia en la Copa del Rey. Mucho mérito de los pepineros y nada que reprochar a un equipo que lo intentó todo pero no logró obrar la ansiada remontada

Raba intentando superar a la defensa pepinera en el encuentro de vuelta | Foto: Villarreal CF
Raba intentando superar a la defensa pepinera en el encuentro de vuelta | Foto: Villarreal CF

En Liga, los resultados del equipo están caracterizados por su irregularidad. Capaces de llevarse los tres puntos en campos como Mestalla y Balaídos, no han podido hacer lo mismo frente a su afición contra Deportivo, Sevilla o Barcelona. Situados en una gran sexta plaza, no deben confiarse. Solo seis puntos le separan del decimoquinto clasificado, el Celta de Vigo. La Liga está más apretada que nunca y cualquier fallo a partir de ahora puede suponer quedarse fuera de Europa, por lo que puntuar en el Santiago Bernabéu debe ser el objetivo del submarino. Y ya lo han hecho en temporadas anteriores. No es ninguna utopía para este grupo de jugadores.

No hay que olvidar que la plantilla viene de perder a una de sus mejores armas. Cédric Bakambu ha decidido poner rumbo a la Superliga China en un negocio redondo en lo económico para el club y el jugador, pero no tanto en lo deportivo. Veremos si Roger Martínez es un recambio de garantías del congoleño, que llevaba 14 goles en 21 partidos en la presente campaña. 

Se espera un partido abierto en Chamartín donde cualquiera de los dos equipos visto lo visto en los últimos partidos puede llevarse los tres puntos. Una prueba de fuego para ambos. Una maravilla de encuentro para el aficionado neutro.