El apellido Vilda está íntimamente relacionado con el mundo del fútbol. Dos generaciones ligadas al deporte rey, en las que ha destacado su aportación y participación en los banquillos. Empezó con Ángel Vilda, padre del protagonista de este artículo. Su paso por los banquillos de FC Barcelona, Real Madrid y otros equipos de renombre como preparador físico y miembro de los cuerpos técnicos, junto a personalidades de la talla de Johann Cruyff o Jupp Heynckes, despertaron esa pasión por el balompié en Jorge.

Desde muy temprana edad, quiso estar envuelto en este contexto deportivo, por lo que cuando cumplió los 16 años, estando ya en la cantera del Barça, empezó a sacarse los diferentes niveles y cursos para poder convertirse entrenador profesional.

Enamorado de la táctica, Jorge Vilda llegó a las categorías inferiores de la Selección española como asistente. Pasaron los años y en 2010 obtuvo su primer cargo nacional, el de seleccionador de la Selección sub-17 femenina. Con la sub-17, logró numerosos éxitos, como la tercera y la segunda posición en los Mundiales de Trinidad y Tobago, y de Costa Rica, respectivamente. Para alzarse con algún título tuvo que esperar a los Europeos, donde fue campeón en 2010 y 2011, quedando tercera en 2013 y segunda en 2014.

El siguiente paso fue su llegada a la sub-19, donde apenas estuvo una temporada (2014-2015), logrando, eso sí, un subcampeonato europeo. Tras varios meses de rumores y problemas en la selección absoluta femenina debido a la mala relación del anterior seleccionador (Ignacio Quereda) con las jugadoras, Jorge Vilda obtuvo el cargo. Uno de sus objetivos era la Eurocopa de 2017 en los Países Bajos, pero el combinado nacional cayó en los cuartos de final contra Austria en los penaltis. Meses después, logró alzarse con la Copa de Algarve frente a Canadá.

Con referentes como Albert Celades o Vicente del Bosque, el actual seleccionador nacional femenino espera seguir aportando cosas nuevas a esta vertiente del fútbol cada vez más importante, por lo que en su línea de ruta hacia el éxito, no puede faltar el trabajo y la pasión por el fútbol.