Se aproxima el comienzo de la segunda mitad de la campaña, y el Eibar debe comenzar protegiendo los tres puntos que habrá en juego en Ipurúa el próximo lunes. Será el Málaga CF el equipo que llegue al feudo armero para intentar arrebatarlos y así salir del pozo en el que están sumidos. Una mala racha, un nefasto comienzo de temporada, un desmantelamiento del equipo en pretemporada… muchos son los factores que han hecho que los andaluces estén en esta situación a día de hoy. Pero el fin de la racha que acumulaban los eibarreses hasta hace una semana recarga la confianza de los boquerones para venir, con fuerza, a asaltar el estadio vasco.

Un inocente aficionado, joven, recién incorporado a este mundo; podría pensar que este partido está completamente a favor de los locales. Nada que temer ante uno de los equipos que ha dado la sorpresa, para mal, este año. El hincha veterano conoce de primera mano lo caprichoso que puede llegar a ser este deporte, y prefiere ser precavido ante el Málaga. Además, el factor de que los visitantes cuenten con que el nuevo entrenador se estrenará oficialmente en este partido reduce aún más la confianza. De sobra es sabido que, con la llegada de un nuevo míster, los resultados suelen salir un 99% de las veces favorables para el recién llegado.

Pero una simple estadística no sirve como para dar el partido por ganado para los boquerones. Ni mucho menos. Si su rendimiento ha sido tan bajo durante la primera vuelta y la Copa del Rey es por la incapacidad de plasmar una idea única en el campo. Un ‘Todos a una’. Una piedra angular.

La consigna para los vascos es clara. No olvidarse del fútbol que han propuesto hasta ahora y comenzar una nueva racha de puntos. La tarea de derrotar al Málaga puede parecer sencilla, en comparación a otras, pero la confianza no puede dominar sobre el planteamiento. Por lo que Mendilibar debe exigir a sus jugadores que no dejen que la confianza se apodere de sus mentes.