Si la remontada en nueve minutos del Sevilla el pasado miércoles sembró las primeras duda, ayer el Girona ahondó en la herida y terminó por confirmarlas y encender todas las alarmas. El 1-0 ya no es garantía de victoria en el Atlético. Ponerse por delante y lanzarse a defender como si no hubiera un mañana ya no es productivo.

Aunque esta vez el Atlético se puso por delante en los primeros 45 minutos y no en la segunda mitad como ocurrió contra el Sevilla, el guión de la película volvió a ser muy parecido. Los catalanes se lanzaron al contraataque y con varias llegadas que incluso pudieron romper el empate y llevarse los tres puntos.

Si tras la consecución de la Copa del Rey en 2013 y la posterior Liga de 2014, le dicen a cualquier aficionado del Atlético de Madrid que su equipo sufriría más que nunca en su zona defensiva, seguro que le llamarían loco o similares. Pero hoy 21 de enero de 2018 esa “locura” más que “locura” se ha convertido en una realidad.

La seguridad en la zona de atrás es una de las características que definen el estilo del Cholo. Por eso es tan difícil de concebir que esto sea lo que más ha matado al equipo en estos dos partidos.

Es el equipo menos goleado de la máxima competición nacional, eso es cierto, con nueve goles, pero esa solidez defensiva ha desaparecido, al menos, en estos siete días. Una serie continua de errores defensivos han condenado a los dos últimos resultados cosechados por los guerreros del Cholo.

Frente al Sevilla, con 17 minutos por delante un error de Lucas a un centro de Navas que no conllevaba peligro acabó con Moyá metiendo en propia puerta. El segundo llegó después de que ni Savic ni Godín fueran capaces de frenar el control de Correa. En la tarde de ayer le tocó ser el villano a Koke. Un mal despeje aprovechado por Portu puso el empate en el luminoso. 

Los propios jugadores son conscientes. Giménez, al finalizar el choque lo confirmó: “Un despiste nos costó muy caro”. Desde luego que muy caro, los colchoneros han perdido dos puntos vitales para seguir la estela del Barcelona.

En el mes de noviembre se hablaba de la vuelta del “muro rojiblanco”, aquel cerrojo defensivo que enamoro a Europa, que se paseaba por el viejo continente sin que ningún rival pudiera derribarlo y que llegó a catalogarse como la mejor de Europa dejando su portería a cero en más de 15 ocasiones.

¿Cansancio, desconexión, falta de interés, las bajas? Solo ellos tienen la respuesta. Lo que está claro que el Atleti del Cholo ha perdido su seña de identidad y lo que antes salía bien ya no sale bien.