La selección de Jorge Vilda ha comenzado el año de la mejor manera posible. Una victoria por dos goles a cero frente a la vigente campeona de Europa, Holanda. Pero una posible decisión de la FIFA empañaría esta celebración. Para la organización internacional este encuentro no tendría carácter de amistoso sino de un meto entrenamiento oficioso. Aunque esto no cambiaría lo sucedido en el Pinatar Arena, si tendría consecuencias en todo lo que hay detrás.

La normativa FIFA dictamina que para que un partido tenga el tinte de amistoso debe cumplir unos requisitos: ser reconocido como partido internacional por el máximo organismo futbolístico; ser arbitrado por trencillas internacionales; que estos sean de un país neutro o  de ámbito local siempre y cuando ambos participantes estén de acuerdo, y que se realicen seis cambios como máximo. Principios que se cumplieron ayer. De ahí que la polémica haya saltado. Como apunta el diario MARCA, además de lo mencionado anteriormente, la Federación organizadora del choque tiene que pagar un canon para que se le atribuya la categoría de amistoso, algo que no se ha hecho. De nuevo el tema económico vuelve a ocupar el terreno para que una selección española femenina tenga problemas fuera del campo.

Desde los medios oficiales, el duelo fue tratado como un “partido de nivel”. Incluso la delegada del conjunto español llegó a pedir que no se pusieran los himnos antes del comienzo del partido para alejarse de la oficialidad. Algo que no ocurrió por respeto a las holandesas.

La consecuencia más inmediata si se llegará a declarar como un entrenamiento, sería que la victoria no contara para el ranking FIFA por lo que se perdería una oportunidad de sumar puntos y ascender en la clasificación en la que España se coloca como 13º. Además ninguna de las jugadoras añadirían a sus estadísticas los minutos jugados.