Nacho Fernández fue sin duda uno de los grandes protagonistas en la goleada del Real Madrid al Deportivo de la Coruña del pasado domingo. El central, que completó un partidazo -otro más- en labores defensivas, también fue decisivo en el área rival. Encargado de abrir la lata madridista y cerrar la goleada, el canterano blanco firmó el primer doblete de su carrera. El noveno gol en sus 145 partidos con la elástica blanca. Números nada malos para un defensa que no tiene la proyección ofensiva que si ostentan algunos de sus compañeros de la zaga blanca, como Sergio Ramos. 

Cuando peor se ponía el asunto para los de Zidane con el Deportivo arriba en el marcador y fallando, como en los últimos partidos, ocasiones que deben acabar en gol, apareció Nacho para traer la tranquilidad a un estadio que barruntaba otro mal resultado de su equipo. Rondaba el minuto 32 y se tiró una pared con Marcelo en el banda izquierda que dejó al polivalente defensa sólo en el área con un balón franco para el remate que no dudo en patear hacia la red colocando el empate en el marcador. Se rompía así una sequía de 260 minutos del Madrid en Liga sin marcar en su estadio. Un calvario para los aficionados que acabó con la sonora goleada de su equipo. 

Con el partido ya resuelto, en el minuto 88, Toni Kroos botó un córner en el que Varane cabeceó el esférico en el primer palo. El balón llegaría a los pies de Nacho en el segundo que controló con la derecha y, sin pensarselo dos veces, cruzó el balón con la zurda cerrando así un encuentro para el reconcilio de la plantilla y el míster con la afición. El Deportivo pagó los platos rotos de un Madrid en horas bajas que recordó a la máquina de ganar partidos de hace unos meses

No es titular indiscutible. Tampoco es mediático. Pero siempre cumple. Y cuanto más juega, mejor lo hace. Irremplazable Nacho

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