Eusebio Sacristán se la juega en el Estadio de la Cerámica. El entrenador vallisoletano puede gastar su última bala en el campo del Villarreal, un equipo que cambió de entrenador y está mejorando su dinámica y la posición clasificatoria al estar en la quinta plaza a uno de puestos de Champions. Calleja le dio al equipo aire nuevo contando con la cantera grogueta, y lleva una racha de tres partidos consecutivos ganando al revés que la Real.

Existe un problema para aguantar el tirón de los primeros 45 minutos, y la ventaja en el marcador, al perder dos partidos contra Celta y Barcelona en el que la Real se puso delante en el marcador y bajo los brazos en la segunda parte. Si no se busca una solución a la concentración defensiva, bajar el ritmo al salir desde el túnel de vestuarios y los jugadores muestran más autocrítica y espíritu competitivo, esta situación va a empeorar y los resultados no llegarán, con lo cual se meterían en peligro y lucharía por un objetivo más bajo que lo que se marcó al principio de la temporada.

La continuidad de Eusebio está en duda

A Eusebio se le empieza a acabar el crédito, y no puntuar en la Cerámica supondría run rún en la afición, presión para el entrenador  y el equipo, y la dirección técnica tomaría decisiones en el asunto para cambiar las sensaciones que está dejando el equipo, por lo que no se descarta la destitución y una contratación de otro técnico para superar la situación y lavar la imagen del club.

Se necesita una variante en el estilo de juego realista y un cambio de actitud, porque los rivales saben como jugarle a la Real y juegan más efectivos y con carácter que los blanquiazules. Conocen las debilidades en la defensa txuri urdin, principalmente en los laterales porque los laterales se convierte en extremos ofensivos y no llegan a defender. El Leganés, Barcelona y Celta en este mes de competición liguera esperan llegar vivos a la segunda parte, porque la Real se desconecta mentalmente de los partidos y físicamente no consiguen estar más rápidos y intensos como sus rivales les roban la posesión del balón a los de Eusebio, y en esas situaciones los futbolistas del club donostiarra pierden la posición y corren detrás del balón disminuyendo su capacidad de control en el encuentro y llegadas al área.

Por otra parte, las jugadas a balón parado es otro aspecto que se tiene que trabajar en Zubieta, porque contra el Celta y en otros partidos de la temporada los defensas no cierran la marca y ganan la posición los delanteros rivales.