Moi Gómez, centrocampista ofensiva del Real Sporting de Gijón, se marcha a tierras aragonesas en calidad de cedido. El joven jugador de 23 años se marcha después de que el Sporting logrará la permanencia de la mano de Nico Rodríguez y Abelardo Fernández, rubricando un contrato hasta 2020, siendo uno de los fichajes más prometedores e ilusionantes que se hicieron en aquel trágico verano.

Comenzó de titular con Abelardo realizando actuaciones de calidad, aparentaba ser un gran fichaje. Sin embargo, y como ocurrió con el equipo en general, su rendimiento cayó estrepitosamente y desapareció de los onces. Nunca volvió a ser aquel jugador que deslumbró en el Villarreal y en la Selección Española Sub 23. 

Con la llega de Rubí volvió a recuperar un poco de protagonismo. El técnico catalán intentó recuperar a un Moi desaparecido otorgándole la titularidad prácticamente hasta el final de la temporada. Sumó cinco asistencias y tres goles, números que en un jugador que necesitaba ser importante en un equipo hecho para no sufrir son insuficientes para lograr la permanencia.

La marcha de Rubí y la llegada de Paco Herrera no cambió mucho su situación. Herrera le dió minutos y nunca los supo aprovechar, por lo que Moi alternó banquillo, grada y titularidad a partes iguales. La llegada de Baraja le perjudicó, ya que no contó con prácticamente minutos. Un jugador peculiar. Mucha calidad, poca sangre y poca cabeza. Una pena ya que es un jugador más que válido para un primera división si tuviera las ideas claras. Peculiar cuanto menos. La prensa le conocía porque era jugador del Sporting, ya que tenía miedo y vergüenza de comparecer ante los medios de comunicación. Comienza una nueva etapa cedido en el líder de la categoría con un entrenador que ya conoce. Otro fichaje que se va de los 16 que se hicieron aquel verano...