Comenzaba el encuentro con dominio local, pero las ocasiones se hacían de rogar. Un Alavés bien plantado en el campo nublaba al conjunto blaugrana, cuyas llegadas acababan con disparos tímidos sin apenas peligro. Poco a poco, el conjunto babazorro se fue soltando, y el dominio se convirtió en una serie de vaivenes en las que el conjunto visitante se sentía agusto.

Pero es en este tipo de situaciones donde el Barcelona suele sacar lo mejor de sí, y en una de estas llegadas a punto estuvo de adelantarse en el marcador, con un centro lateral que fue repelido por un defensa y salió a escasos centímetros de la meta vitoriana. Lejos de asustarse, el Alavés dispuso de un claro mano a mano que no pudo materializar Ibai.

Las ocasiones seguían alternándose y Pacheco pasaba a escena, deteniendo un preciso remate local. Así, en una jugada casi calcada a la anterior, llegó el balón a Guidetti, que con un poco de fortuna, fulminaba la meta de Ter Stegen para adelantar al Alavés.

Lejos de replegarse, el Glorioso gozó de otra ocasión para aumentar la ventaja, pero volvió a toparse con el guardameta alemán. El encuentro entraba en el último cuarto de hora de la primera parte y, con ello, el asedio local. El Alavés comenzó a cometer más faltas con intención de romper el ritmo que proponía el conjunto catalán.

Fue en el minuto 43 cuando el Barça dispuso de una doble oportunidad para igualar la contienda, primero con un disparo de falta que Messi estrelló en el palo y poco después con una jugada enlazada que acabó saliendo por la línea de fondo. Pese a los esfuerzos locales, el Alavés se marchó al descanso por delante en el luminoso.

Guidetti logró su primer gol como albiazuk
Guidetti marcó su primer gol como albiazul

Las sustituciones, determinantes

Valverde, siendo consciente de la pobre actuación de sus laterales, no tardó mucho en sustituirlos por sus dos puñales, Alba y Sergi Roberto. Esa decisión fue determinante para el devenir del encuentro, ya que la profundidad que aportaba Alba desequilibraba a la zaga albiazul.

Todavía con el 0-1 en el marcador, el Alavés comenzó a soñar con los tres puntos, y fruto de ello fue replegándose, haciendo que el Barcelona monopolizara las ocasiones de peligro. Luis Suárez era el ariete más activo del Barcelona, y después de perdonar una clara ocasión ante Pacheco, aprovechó un gran centro de Alba para empatar el encuentro.

El momento de la verdad

El gol echaba al traste toda opción de victoria vitoriana, que veía como la portería rival cada vez estaba más lejos y el acoso era mayor. Por primera vez en toda la temporada, la entrada de revulsivos como Pedraza o Munir no tenía repercusión ofensiva. Una falta sobre Alcácer, situado en posición de fuera de juego, hacía saltar las alarmas.

Esa falta tenía nombre y apellido, Leo Messi. Fijó su objetivo y se hizo el silencio. Disparó y, en una acción en la que Pacheco no estuvo tan acertado, consiguió dar la vuelta al partido a escasos minutos del final.

En ese tiempo el Alavés se echó hacia delante, provocando una acción polémica en un remate que impactó en el brazo de Umtiti. A partir de ese momento, el Barcelona dejó morir el partido y consiguió llevarse los tres puntos.

Situaciones opuestas

Con esta victoria por la mínima, el FC Barcelona ve como se amplía su distancia con respecto a sus rivales más próximos, siendo el Atlético de Madrid, a 11 puntos, su oponente más cercano. Por el contrario, el Deportivo Alavés, fuera del descenso, ve como se le escapa el segundo partido de la semana por pequeños detalles, pero cuyas sensaciones son muy positivas, viendo que es capaz de competir hasta en el Camp Nou.

Suárez logró el tanto del empate
Suárez logró el tanto del empate