La Sociedad Deportiva Eibar es uno más del gremio, por lo que se puede permitir el lujo de ceder. De ahí, la grandeza de ceder. Aspecto que convierte al Eibar en un grande, en uno más de la mejor liga del mundo, como quien dice. El caso es que, uno de los cedidos, Christian Rivera está que se sale. El Barça B ha encontrado la senda la victoria y en gran parte, es gracias al jugador cedido por el cuadro armero. 

Dos de dos

Desde la llegada de Rivera a Can Barça todo han sido alegrías, traducidas en victorias. Dos de dos. Tenerife y Granada han sido víctimas del efecto Rivera. Un efecto que a pesar de no estar causando escesivo furor, resulta estar siendo efectivo, como el jugador mismo. Los que conozcan al centro campista sabrán de sus cualidades y defectos. Eficaz como nadie, es un jugador bastante lento para jugar en la medular. Con metros por delante puede ser realmente valioso, pero sin margen de reacción, su juego se ve limitado. Los espacios juegan un papel de vital importancia en el rendimiento del asturiano. 

Guardaespaldas de Aleña

La conexión Rivera-Aleña parece haberse sintonizado. Asturiano y catalán han comenzado a entenderse y a pesar de las diferencias en su juego, se compenetran a las mil maravillas. Rivera actua de guardaespaldas en la medular, se dedica a robar y dar, mientras que Aleña es el creador, el encargado de llevar la batuta; en definitiva, el mago del equipo. De hecho, tal es su entendimiento y buen rollo que, Rivera halagó a su compañero al término del encuentro ante el Granada. Rivera declaró lo siguiente: "Le he dicho a Aleñá al descanso que jugar a su lado es facilísimo". Signo de la sintonía existente entre ambos. A esto, el de Gijón añadio: "Está yendo la cosa muy bien. Siempre se dice que el fútbol va por sensaciones y por etapas, y ahora estamos con buenas sensaciones, con la flecha para arriba, y el equipo lo está notando. Estamos trabajando bien en los entrenamientos y así se ven los resultados"

Por todo esto y mucho más, Gerard puede estar más que agradecido a la SD Eibar por el préstamo de uno de Christian Rivera, el nuevo talismán del filial blaugrana.