Comentaba Alfonso Candelas, en la previa del pasado viernes, que cada uno de los encuentros que restan al conjunto azulgrana son una final y la disputada en la tarde de ayer supuso un nuevo jarro de agua fría para sus aficionados. Los de Almendralejo lo intentaron durante los noventa minutos, pero no estuvieron a la altura de las circunstancias y fueron "a remolque" de un rival mucho más práctico y eficiente.

Una jugada para determinar el encuentro

Manolo Ruiz introducía variaciones en la franja de contención respecto al partido de Marbella. De este modo, Álex Barrera acompañaba en el centro del campo a Gio Zarfino y Nico Delmonte debutaba, ocupando la vacante de central que ha dejado la sanción a Borja García.

Los fríos minutos de tanteo iniciales servían para calibrar sensaciones y ofrecer un pequeño avance de aquello que Extremadura y Balona estaban dispuestos a ofrecer a los más de 5.000 espectadores que decidían desafiar las inclemencias meteorológicas.

Un cabezazo de Willy que salía rozando el poste personalizaba la primera ocasión del partido. El Extremadura iba entrando en calor conforme avanzaban los minutos y, paulatinamente, ganaba metros respecto a las inmediaciones de Montoya. La Balona, por su parte, se mostraba firme, aprovechando cualquier lance para advertir de su verticalidad y poderío en bandas.

En una categoría tan igualada los errores se pagan y, en el minuto 27, cambiaba por completo el signo del encuentro. Nico Delmonte arriesga innecesariamente en la salida del balón, lo aprovecha Wilson Cuero para irse completamente sólo hacia la portería y Pardo, como último defensor, se ve obligado a derribarle. Roja directa, un jugador menos y cambio brusco en el guion de Manolo Ruiz.

La expulsión dejó tocados a los de Almendralejo y la Balona, consciente de que la enorme oportunidad que se le presentaba, se ponía manos a la obra adquiriendo la batuta del encuentro. Una doble oportunidad en el minuto 30, desataba los peores augurios en el graderío almendralejense. Nico Delmonte saca bajo palos un balón de Wilson Cuero y el posterior disparo de Madrigal obliga a lucirse a Manu García.

El Extremadura, espoleado por su público, tiraba de garra para reaccionar y tuvo la oportunidad de adelantarse al filo del descanso. Minuto 43. Disparo en el área de Jairo que desvía in extremis la zaga visitante. El córner lo remata en posición inverosímil Álex Barrera y Montoya la saca cuando ya se cantaba el gol en la grada.

Eficacia visitante

La segunda mitad arrancaba con un conjunto local motivado, tratando de paliar su desventaja numérica con un plus de intensidad que se diluía en las inmediaciones del área rival. El equipo andaluz, sin embargo, daba la sensación de tener en todo momento controlados los tempos del encuentro. Aguantando con relativa comodidad cada embestida azulgrana y aguardaba sus opciones de réplica.

Los minutos pasaban, las piernas pesaban y Manolo Ruiz movía ficha ejecutando un plan de emergencia que no daría sus frutos. El Extremadura se mostraba muy impreciso en tres cuartos,  perdía profundidad y entraba en un intercambio de golpes en posición de desventaja.

Los de la Línea, mucho más precisos, esperaban su oportunidad y ésta llegaba en el minuto 66. Balón que cuelga Gato desde la derecha, la zaga local intenta en vano despejar el peligro y, tras varios rechaces, Sergio Molina se saca una rosca desde fuera del área que perfora la escuadra. 0-1, golazo y duro castigo para el sobresfuerzo local.

Pese al mazazo, el Extremadura no bajaba los brazos y trataba, con más corazón que cabeza, de buscar la heroica. Sin embargo, Montoya no estaba por la labor de conceder un tanto y, con dos intervenciones espectaculares, se erigía como protagonista absoluto de lo que quedaba de encuentro.

Sergio Molina replicaba disparando al larguero en el minuto 80 y, cuando todo indicaba que el resultado era definitivo, llegaba el tanto de la sentencia. Minuto 92. Gran jugada individual de Wilson Cuero que se deshace de la zaga local y su pase lo envía Juampe a las mallas. 0-2, locura visitante e impotencia en un exhausto cuadro local. 

Pitido final y nuevo sinsabor para un Extremadura que cede la segunda posición al Marbella. Los de Almendralejo deberán mejorar y mucho en todas las parcelas si no quieren perder la estela de los equipos de arriba. La Balona, por su parte, leyó mejor el partido, aprovechó sus oportunidades y adquiere una inyección de optimismo para volver a aproximarse a puestos de playoffs.

Sin tiempo para lamentaciones, el conjunto azulgrana visita la próxima semana San Fernando en lo que supone una nueva final de cara a las aspiraciones de ambos conjuntos. Ganar o distanciarse del objetivo, esa es la cuestión.

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Sobre el autor
Carlos Gómez
Periodista extremeño que coquetea con la docencia.