Estos desajustes horarios han enfadado mucho a los aficionados de los equipos. Las gradas de animación protestan en muchas ocasiones, con carteles reivindicativos para unos horarios y fechas normales. Y también en eso hay diferencias entre las aficiones. Mendizorroza puede presumir de tener una de las aficiones más fieles a sus colores.

Cualquiera que desplace con el equipo al resto de estadios a lo largo de la temporada, puede ser testigo de que es así. Muchas son las felicitaciones que reciben de las aficiones contrarias. Así mismo, cuando vienen aficionados de otros equipos a Mendizorroza, se van extrañados y con una envidia sana al ver que la grada de animación alavesista no para de jalear a sus jugadores durante los noventa minutos que dura el encuentro.

Los jugadores que llegan al Alavés lo saben

Cuando fue la presentación de Luis Zubeldia como entrenador alavesista, casi sus primeras palabras fueron para alabar el calor que la afición transmitía a sus jugadores. Ya le habían contado que los partidos en Mendi eran especiales. Cuando llegó Gianni de Biasi, sustituyendo al argentino, pasó lo mismo. Lo que más impresionó al mister fue la muestra de cariño y apoyo que notó, incluso en su primer partido disputado fuera de Vitoria y que se saldó con la victoria frente al Levante. Y cuando ha llegado Abelardo, una y otra vez se repite en todas sus ruedas de prensa, alabando la unión existente entre equipo y afición. Ha llegado a manifestar que “pagaría por jugar en Mendizorroza, con este ambiente en la grada”.

Y la afición alavesista sabe que los jugadores agradecen este apoyo. Es una rutina repetitiva en las ruedas de prensa de los propios jugadores. Es emocionante ver en todos los partidos de Mendi, cómo se felicitan y aplauden los aficionados desde sus asientos y los jugadores desde el centro del campo, independientemente del resultado producido en el partido.

Abelardo parece indicar los cuatro partidos ligueros que lleva ganados en Mendizorroza. Fuente: deportivoalaves.com
Abelardo parece indicar los cuatro partidos ligueros que lleva ganados en Mendizorroza. Fuente: deportivoalaves.com

Centrándose en la trayectoria del equipo desde la llegada del Pitu Abelardo a Vitoria, se puede decir que es una realidad la buena química existente entre la grada y el equipo. En alguna rueda de prensa, el entrenador ha llegado a afirmar que los jugadores están deseando de formar parte de la alineación por devolver a los aficionados esa ilusión que transmiten en el seno del equipo. Jugadores que han llegado de equipos grandes y que no han sentido el calor y cariño que han sentido en Mendizorroza.

Trayectoria del Alavés con la llegada de Abelardo

El estreno del asturiano se produjo en el estadio de Montilivi, frente al Girona. Mucho se ha hablado de aquel partido. Tan sólo expresar la diferencia en la actitud y entrega de los jugadores y la satisfacción de Abelardo al término del encuentro, sabedor que ese era el camino a seguir. Y llegó el debut del equipo ante su público. Enfrente estaba Las Palmas, que se encontraba codo con codo con los alavesistas en los temidos puestos de descenso. A pesar de ser el partido un viernes a las nueve de la noche, más de 18.000 aficionados se dieron cita en el estadio. Y Abelardo fue testigo de lo que ya disfrutó como jugador albiazul unos años antes. Como diría en su rueda de prensa: “Esta grada nos ha llevado en volandas a la victoria”. Se ganó por dos a cero. Llevaba dos de dos. Fueron al nuevo Wanda Metropolitano, para enfrentarse al Atlético de Madrid. Aguantaron más de una hora al equipo del Cholo, hasta que Fernando Torres pusiera el injusto uno a cero en el marcador. El equipo se mereció más y los aficionados que se desplazaron hasta la capital, se lo manifestó al equipo con una gran ovación al término del encuentro, sólo aminorado por la distancia que separaba esa grada de los jugadores en el césped.

Y en otro día horroroso para la práctica del fútbol, llegaba a Vitoria el Málaga, otro de los equipos que se codeaba con los albiazules en los puestos de descenso. Ese jueves, otros más de 18.000 aficionados alavesistas auparon al equipo hasta la victoria mínima. Victoria que suponía salir del descenso. Algo que parecía imposible, tan solo dos semanas antes. El efecto Abelardo y la paciencia de la afición empezaba a cuajar.

El siguiente desplazamiento era un derby de los más esperados siempre para los aficionados. A pesar del excesivo precio de las entradas que la directiva bilbaína puso para el choque, desoyendo las voces que pedían, una temporada más, unos precios equilibrados en los derbys vascos, fueron muchos los que se desplazaron al nuevo San Mamés. Algunas interpretaciones dudosas por parte del colegiado impidieron que los de Abelardo volviesen con algún punto más en su casillero. Pero allí estuvo la grada de animación, sin parar de animar a los suyos durante todo el encuentro y callando en muchas ocasiones a los más de 40.000 aficionados rojiblancos.

Munir se ha adaptado fenomenalmente al juego del Alavés y se le ve disfrutar. Fuente: deportivoalaves.com
Munir se ha adaptado fenomenalmente al juego del Alavés y se le ve disfrutar. Fuente: deportivoalaves.com

Llegaba el peligroso Sevilla a Mendizorroza. Un ejemplo de las intransigencias de los clubes con este fútbol moderno era el equipo andaluz. Inmerso en las tres competiciones, destituyeron a Berizzo por unos malos resultados, en una acción casi inexplicable. Pues el Deportivo Alavés, con las gradas rozando el lleno, fue capaz de derrotarles por uno a cero. La simbiosis entre equipo y afición había hecho posible otro milagro. La imagen de los jugadores acercándose a la grada de animación, aplaudiendo a los aficionados se repetía una vez más.

Comenzaba la segunda vuelta del campeonato y el equipo albiazul recibía al Leganés de Asier Garitano. Había terminado la primera y los aficionados recordaban el pésimo inicio del equipo. En las diez primeras jornadas, tan sólo había conseguido 3 puntos. Pero la afición no había fallado. A pesar de los cambios de entrenador y las derrotas, los aficionados seguían despidiendo con aplausos y gritos de ánimo, sabiendo que llegarían mejores momentos. Ese partido frente a los pepineros estaba controlado hasta casi el final. Un polémico penalti metió a los madrileños en el encuentro y otra polémica expulsión motivó la falta de la que llegó el empate, segundos antes de que el árbitro pitase el final. No influyó en el ánimo de la grada hacia sus jugadores y se les despidió con una sonora ovación, respondida por los jugadores desde el centro de campo.

Víctor Laguardia ha vuelto de su lesión y sigue siendo el defensa que los aficionados esperaban. Fuente: deportivoalaves.com
Víctor Laguardia ha vuelto de su lesión y sigue siendo el defensa que los aficionados esperaban. Fuente: deportivoalaves.com

Llegaría entre semana el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey y el equipo demostró, una vez más, su estado de gracia y derrotó al equipo valenciano por dos a uno e igualó la eliminatoria, tras otro desastroso arbitraje, que privó al equipo de Abelardo de pasar a la siguiente ronda.

Una difícil salida al Nou Camp cerraba el ciclo, antes de la visita del Celta de Vigo. El equipo albiazul jugó de tú a tú al líder. Se puso por delante, gracias al primer tanto de Guidetti con la camiseta del Glorioso. Un Guidetti que, cuando vino cedido, dijo en su presentación que venía encantado a Vitoria, en parte por la sensación que le causaba la afición, que no cesaba de animar en todo el partido. Volviendo al partido contra el Barcelona, otra vez el árbitro privó a los albiazules de regresar con algo positivo.

El partido frente al Celta

La buena trayectoria demostrada por el Alavés en Mendizorroza, desde la llegada del Pitu Abelardo, con un saldo de tres victorias y un empate, sin contar los de la Copa, impulsaba a los aficionados a acercarse en masa a presenciar el encuentro. Lo intempestivo de la tarde, tras las dudas de la suspensión por la nieve caída la víspera no fue obstáculo para que, una vez más, se dieran cita más de 19.000 aficionados.

Desde antes del inicio del encuentro, la grada de animación lucía los colores albiazules de las banderolas al viento y los cánticos habituales se escuchaban mientras los jugadores calentaban en el césped. El partido fue una constante fusión entre jugadores y aficionados, que estallaron de júbilo cuando vieron que, en el minuto veinte del encuentro, ya vencían por dos a cero. Esa diferencia hizo que, hasta que no marcase Aspas en el descuento, no entrasen los nervios. Unos nervios y un gol que no callaron a la grada de animación, que se quedó animando a los suyos al final, para envidia de los pocos aficionados celtiñas que se acercaron hasta Mendizorroza y veían cómo el Deportivo Alavés le había superado. A diferencia de otras aficiones, la albiazul no desfallece ni cuando ven cómo perforan la meta de Pacheco y siguen animando y cantando como si no hubiese pasado nada. 

En la rueda de prensa del entrenador y en las intervenciones de jugadores ante la prensa volvieron a salir los elogios hacia una afición que se está haciendo conocida en todos los campos a los que va, por su buen hacer y el apoyo que proporciona a sus jugadores.