El infierno de las lesiones parecía volver a ahogar el futuro de Denis Cheryshev, una convalecencia interminable que esta campaña impidió a la afición amarilla disfrutar de su fútbol. A su regreso a los terrenos de juego se vio un jugador más frágil, sin la misma chispa... Los augurios sobre el futuro del ruso eran los peores. Pero en el fútbol nunca se puede dar nada por sentado. Con el paso de las jornadas, la confianza que ha depositado Javi Calleja en Cheryshev y la que está mostrando él mismo, están haciendo que vuelva a ser una pieza determinante y recuerde a aquel extremo que encandiló a El Madrigal tres campañas atrás.

Sin embargo, el papel que ha adquirido ahora el jugador hispano-ruso es bien diferente al de entonces. Ahora es la pieza de refresco de referencia de Calleja para desatascar partidos y dar fluidez y verticalidad en los últimos metros. La confirmación de este regreso se dio en la histórica victoria del Submarino en el Santiago Bernabéu unas semanas atrás, en la que Cheryshev gozó de los minutos finales, siendo determinante para que los amarillos se hiciesen con los tres puntos por primera vez en su historia, y es que fue el artífice de la jugada que culminó con el gol de Pablo Fornals.

El pasado sábado la historia volvió a repetirse. Cheryshev volvió a partir desde el banquillo y aunque, en este caso, sus esfuerzos no fueron suficientes para revertir la derrota, sí que logró ser una vez más determinante. Carlos Bacca de penalti logró recortar distancias en la derrota (1-2) gracias a una pena máxima que fue cometida sobre el propio Denis Cheryshev. A cada partido que pasa, el protagonismo y a importancia del hispano ruso crece y crece. En las manos de Calleja estará recuperar a uno de los jugadores que mejor recuerdo han dejado en la grada amarilla.