El Granada Club de Fútbol ha optado por hacerse fuerte a medias en su regreso a la categoría de plata. Su rendimiento ha adoptado una costumbre que basa sus buenas actuaciones exclusivamente en territorio propio. La victoria del Granada contra el Valladolid eleva a seis los partidos sin perder en el Nuevo Los Cármenes de manera consecutiva. De esta forma los partidos en los que el conjunto de José Luis Oltra tiene que desplazarse se han caracterizado por la incapacidad para sumar en el casillero de victorias.

Los datos convierten este comportamiento en algo muy peculiar en el fútbol profesional español. Las últimas once citas del Granada con su público se han saldado con diez victorias. Tan solo un accidente contra el Sevilla Atlético ha maquillado un estado de forma excelente en casa.

Con veintiséis jornadas disputadas, el Granada dispone de cuarenta y tres puntos en la clasificación. Lejos del Huesca, a nueve puntos de diferencia, sus opciones se centran en alcanzar la segunda plaza. La respuesta al por qué el Granada no está peleando con el equipo aragonés se halla en el reparto de puntos. De los citados cuarenta y tres, tan solo se han obtenido once puntos fuera de casa. Un setenta y cinco por ciento del total (treinta y dos puntos) se han labrado en Los Cármenes. La producción en su estadio es tal que si no contaran los partidos disputados fuera, se mantendría en la décima posición con aspiraciones a disputar el play-off de ascenso.

Sin duda alguna el reto de Oltra es mejorar esta faceta. Rendir al mismo nivel tanto en casa como en las visitas es un sinónimo de ascenso directo.

Esta tendencia a rendir a un nivel bajo no es extraña en la historia nazarí más reciente. El Granada de Jémez, Alcaraz y Adams de Primera División no consiguió ninguna victoria en la última temporada disputada en Primera División.