El Valencia y la Real Sociedad se enfrentarán en Mestalla en un duelo que presenta distintas dinámicas: el conjunto che viene de ganar en La Rosaleda y encadenar dos victorias seguidas, mientras que el conjunto txuri-urdin fue apeado de la Europa League por el Red Bull Salzburg hace apenas dos días. 

Pero la dinámica no era igual en el duelo de ida en Anoeta, donde el Valencia terminó llevándose el partido por 2-3, en un partido con coyunturas extrañas. La primera sorpresa vino dada en el XI inicial, cuando Marcelino hizo debutar a Jaume Domènech en liga por decisión técnica. También jugó Nacho Vidal, que con el tiempo ha perdido la confianza del técnico asturiano. Pero el lateral derecho valenciano no solo jugó, sino que marcó. También se vivieron dos expulsiomes en apenas diez minutos, la primera fue Zubeldia en el 69’, y la segunda, Kondogbia, en el 79’ (ambos por doble tarjeta amarilla).

Anoeta había sido un campo inexpugnable para los valencianistas, que venían de ganar por 5-0 al Málaga y de haber recobrado el gol. Era el momento perfecto para asaltar Anoeta, que fue testigo de un duelo donde empezó adelantándose el Valencia con gol de Rodrigo, pero que obtuvo rápida respuesta de los de San Sebastián por parte de Aritz Elustondo. El partido llegaba con tablas en el electrónico, pero en el segundo tiempo, Carlos Soler pondría un gran pase a Nacho Vidal, que marcaría su primer gol en Primera División. Pero, como sucedió en la primera parte, los de Eusebio respondieron rápidamente gracias al gol de Mikel Oyarzábal. Finalmente, y gracias a un triple cambio del Valencia, Zaza rompió definitivamente la igualdad en el marcador para estallar la emoción y la euforia en Valencia. Un partido de altos vuelos donde el conjunto che se impuso por su determinación y por su personalidad, que tanto ha faltado en los últimos dos años.

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