Fueron dos las incorporaciones que llegaron al Club Deportivo Tenerife en el mercado invernal: a mediados del mes de enero se fichó a Luis Milla procedente del Fuenlabrada y, sobre la bocina, llegó Álex Mula procedente del Málaga. El primero ha dispuesto de minutos desde su llegada, pero una lesión le ha frenado tras un buen comienzo en su inicio en el Tenerife. El segundo aterrizó en el equipo isleño para convertirse en amo y señor de la banda izquierda y, tras el partido contra el Club Deportivo Lugo, esta claro que se ha aclimatado al conjunto blanquiazul y Joseba Etxeberría lo tiene como fijo en su once inicial.

Y es con el gol que anotó en la tarde de ayer, Mula se estrenó como goleador en el fútbol profesional, ya que en su etapa en el Málaga no logró perforar la red rival. El tanto vino con suspense, tras golpear en el lateral derecho del equipo gallego Leuko e introducirse dentro de la portería, pero el colegiado del encuentro concedió el tanto al extremo catalán. El trabajo del jugador esta fuera de toda duda, donde no para de correr durante todo el encuentro para ayudar al equipo. En ataque, destaca por su desborde, su calidad y su velocidad, lo que hace que, junto a Villar y Longo, la ofensiva del equipo tenga un ritmo vertiginoso. Sorprende que con la situación que atraviesa el Málaga, actual colista de Primera División, sorprende que se hayan desprendido de un jugador con tal desparpajo en el terreno de juego. En el club andaluz debutó de la mano de Michel, disputando hasta trece partidos, pero el período convulso del equipo lo relegó al banquillo y salió en busca de minutos. 

Tras verse obligado a colocar por la banda izquierda en enganches como Gaku Shibasaki o Juan Carlos Real, Jose Luis Martí había pedido un perfil de jugador como el catalán, pero no tuvo tiempo de aprovecharlo y ha sido Joseba Etxeberría quien ha sabido ubicar en el campo al extremo y disfrutar de su gran momento de forma. La afición lo ha recibido con los brazos abiertos y el jugador se siente como en casa, lo que solo puede traer grandes réditos al equipo con más buenas actuaciones del jugador.