Los de Mendilibar brillan en Ipurúa. El conjunto armero vuelve a cosechar una victoria en casa en un encuentro muy serio por parte de los eibarreses, que se han impuesto a un gran equipo al cuál le ha costado hacer daño. El Villarreal sólo ha tenido ocasiones en algunos coletazos, en la segunda parte, pues en la primera apenas han inquietado la portería del serbio Dmitrovic.

Comenzó el encuentro sin dominador claro. Lo cierto es que ni los de Mendilibar ni los de Calleja se hacían con el control del partido. La primera la tuvo Unal de cabeza, pero el Eibar comenzó a apretar y a demostrarle a los amarillos dónde estaban jugando.

Apretar dio paso al primer gol. En el minuto 17’, y tras algunos ataques armeros sin suficiente consistencia, Dani García recuperaba un balón. Era el comienzo de una jugada de manual que continuaría Orellana marchándose de varios rivales y poniendo un pase alto espectacular para Pedro León. No se recordó que había estado lesionado, el de Mula tocó el balón a la perfección para que Kike anotase el que sería el primero de la noche.

Y a partir de ahí, a disfrutar. El Eibar sabe realmente bien lo que hace, es uno de los equipos con las ideas más claras esta temporada, y se nota. Al Villarreal le costó muchísimo crear algo de peligro, apenas inquietaron a Dmitrovic tras el gol y fue sólo en los últimos minutos cuando dominaron algo sobre Ipurúa.

En el 27’ llegó la primera tarjeta amarilla para Álvaro por una dura entrada sobre Kike. El posterior lanzamiento de Pedro León tuvo que ser despejado con apuros por Asenjo. Lo intentaba el Villarreal por medio de Raba, el mejor del conjunto amarillo en el primer tiempo. La tuvo en un centro chut que finalmente despejó Dmitrovic, aunque previamente Unal había también tenido una buena ocasión que no aprovechó.

En ese contexto finalizó el primer tiempo, con un Eibar serio que apenas pasó apuros, pero al que quizá le faltó algo de incisión en sus acciones ofensivas para marcharse con una renta mayor a los vestuarios. Tras el descanso, el submarino amarillo salió algo más decidido, mientras que el Eibar se centró en coger desprevenido al conjunto visitante para sorprender a la contra.

Fue Unal el primero que lo intentó, de nuevo, de falta directa, como previamente había intentado en el primer tiempo. Si en su primer lanzamiento se sobrepasó con la potencia, en el segundo se quedó algo corto.

Poco tardó reaccionar el Eibar, Pedro quería su gol, y su disparo fue detenido por Álvaro cuando se dirigía a puerta. Los visitantes metieron en el campo más pólvora sacando a Carlos Bacca, para completar así una dupla cafetera en la parcela ofensiva.

Volvió Pedro, regate maravilloso ante dos rivales para después dejársela a su compañero chileno, Orellana, que en una especie de centro mandó el balón fuera. Se gustaba el Eibar, dominaba, no pasaba peligro, en definitiva, no sufría.

Siguió teniendo las ocasiones el Eibar ante un Villarreal completamente estéril en ataque, que introdujo a Manu Trigueros en el campo para tener algo más de protagonismo. Precisamente minutos después, Roger pudo haber disparado tras un gran pase de Rukavina, pero prefirió dejarla a su compañero Bacca y el balón fue cortado.

Continuaba el bombardeo armero, con un protagonismo claro. Había vuelto el ídolo, Pedro seguía dando un recital de aportaciones que estuvieron a punto de culminar los armeros, incluso Peña y Escalante aportaron centros que cerca estuvieron de rematar los futbolistas dirigidos por Mendilibar. Ipurúa disfrutaba.

Pero no se iba a rendir el Villarreal. Los de Calleja tienen pólvora de sobra, y lo demostraron en el 74’. Una volea de Roger tuvo que ser detenida de manera espléndida para que el Eibar se mantuviese por delante en el luminoso.

El partido moría entre los intentos sin éxito del Villarreal y un Eibar serio, que se llevaba un susto en una acción tremenda de Roger, propia de un delantero con sangre fría, que sólo pudo salvar un inmenso Dmitrovic.

Para culminar una actuación digna, Pedro León se marchaba entre aplausos al banquillo, orgulloso tras haber repartido una asistencia, haber vuelto, y haber conseguido una victoria fundamental junto con sus compañeros.