Clarence Seedorf y José Luis Mendilibar se ven las caras frente a frente en los banquillos. Un entrenador que tras su paso por Milán comienza a dar sus voltios por Europa, dirigiendo a un equipo necesitado cuanto menos de puntos, frente a un técnico experimentado, que está logrando uno de los mayores retos para cualquier entrenador, tratar de llevar a su equipo a Europa.

El neerlandés no ha comenzado del todo bien en el banquillo del conjunto coruñés, su bagaje es de tres derrotas y un empate, que no son buenos números para un equipo que tiene potencial y se está jugando la salvación. La mejorable aportación defensiva que había traído el ex del Milán al equipo se diluyó como un azucarillo ante el Getafe. Errores garrafales atrás condenaron a un Dépor que no reacciona, y al que tampoco le sobra el tiempo para hacerlo.

La alineación con la que trataba de mantenerse Párralo en sus últimos partidos como técnico de los blanquiazules es a la que le ha dado continuidad Seedorf, una 4-2-3-1 que hasta ahora no ha podido frenar la sangría en labores defensivas. El hombre clave puede ser Muntari. Recién llegado, fue lo único rescatable de la derrota ante el Getafe, recuperó numerosos balones y destacó en su labor.

Mendilibar ha dado con la tecla de este Eibar, de ello no hay duda. Es más, quizá esté consiguiendo sacar más rendimiento del posible de sus jugadores. Con la 4-4-2 ha logrado un equilibrio entre lo defensivo y lo ofensivo que le está dando muy buenos resultados. Con Pedro León de vuelta, y visto el último partido, con hambre, podría el natural de Zaldívar alinearlo ante los coruñeses. 

En definitiva, es un duelo de dos titanes, cada uno en su aspecto, que ahora se miden en los banquillos. En esto del fútbol, el misterio está asegurado, Seedorf ha probado con una 4-4-2 que quizá sea la novedad, en un encuentro en el que la alineación del Eibar es prácticamente un seguro.