En este deporte, no hay una única fórmula para jugar. Ni de lejos. Los técnicos tienen a su disposición una amplia variedad de esquemas tácticos y pueden elegir el nivel de presión, la subida de sus laterales, el tipo de pase dominante... Incluso dentro de un mismo dibujo puede haber modificaciones, para acabar haciendo que cada club sea casi único e irrepetible. En la Segunda División B, y especialmente el Grupo II, la vía que más predomina es el fútbol directo y veloz, que aprovecha los contragolpes. Sin embargo, algunos conjuntos tratan de ir contracorriente, buscando agradar más al espectador y protagonizando un fútbol bonito

¿Balón al cielo o salida en corto?

La primera variable que podemos analizar para conocer algo más sobre los 20 equipos es el porcentaje de pases largos que dan los guardametas para iniciar el juego. En el Grupo II, la media es de un 58,9%, la más alta de toda la categoría. En este índice, observamos que Real Sociedad B y Tudelano/Burgos son equipos absolutamente antagónicos. En el caso de los dos últimos, es obvio el predominio del juego directo, con más de 3/4 de las acciones iniciadas en largo (75,6% y 75,4%). No es de extrañar que esos dos conjuntos sean precisamente las dos mejores zagas de toda la competición, con 14 goles encajados los castellanos y 21 los de la Ribera

En el otro extremo, se encuentra la Real Sociedad B. Los de Imanol Alguacil tratan de priorizar prácticamente siempre el juego en corto, recurriendo al "pelotazo" solamente en el 16,5% de las ocasiones. Los potrillos son también los que más posesión acumulan a lo largo del campeonato, superando el 65%, con lo que suelen dominar los partidos. Detrás de ellos, la Unión Deportiva Logroñés (34,3%) y Real Unión (37,2%). Los riojanos han apostado por el fútbol combinativo desde el inicio de temporada, mientras que los fronterizos lo hicieron sobre todo tras la llegada al banquillo de Jose Luis Ribera

fuente: Vintage Stats/Wyscout
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¿Presión alta o baja?

Directamente relacionado con la estadística anterior, se encuentra el dato de recuperaciones de balón en campo contrario. Normalmente, los equipos que juegan más en largo, suelen protagonizar mayor intensidad en el centro del campo, véase Atlético de Madrid o Manchester United, por poner ejemplos a un alto nivel. Bajando al bronce, no es de extrañar que precisamente Tudelano (29,3/partido) y Burgos (25,8) se encuentren entre los cuatro equipos que más recuperan. El podio lo completan Arenas de Getxo y Barakaldo. Por contra, el que menos recupera, la Real Sociedad B (18,5) es lógicamente el que más posesión tiene.

En términos relativos, es decir, analizando qué porcentaje sobre el total de esos robos son en campo rival, los datos son parecidos. Los dominantes siguen siendo Barakaldo (40,3%), Tudelano y Burgos, tres de los conjuntos más físicos de la categoría. En este caso, el farolillo rojo sería el Lealtad (30,6%). Tampoco es casualidad que irundarras y blanquirrojos ocupen las últimas posiciones. En Las Gaunas y Stadium Gal se suelen ver propuestas dominantes y ofensivas, con lo que ni blanquirrojos ni txuribeltz necesitan recuperar tantos balones en territorio enemigo.

Fuente vía Vintage Stats/ Wyscout
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Precisión en los tres cuartos

Esta magnitud suele estar directamente relacionada con el estilo de juego de un equipo. Por regla general, si un conjunto juega mayoritariamente en corto, alcanzará mayor profundidad y podrá completar mayor número de asociaciones en zona peligrosa. En este sentido, la Real Sociedad B continúa siendo líder absoluto con un acierto del 74%. El Logroñés le sigue (70,9%). Sporting B, Mirandés y Real Unión completan la cabeza de la tabla, todos ellos con un precisión superior al 65%. A partir de ahí, todo está igualado. La mayoría de entidades rebasan el 60%. El Lealtad (57,4%), es el menos incisivo en este aspecto.

En cuanto a número de intentos, mirandeses y txuri-urdin rozan el centenar por partido (98 y 97). Real Unión y UD Logroñés superan los 90 pases efectuados. Casi todos los clubes se sitúan entre 65 y 85. Por abajo, cierran la clasificación la SD Leioa (64) y el Lealtad (53). En el caso vizcaíno, el bajo guarismo puede explicarse por el mal estado de su césped, que reduce las posibilidades de encontrar el éxito en los pases. No es casualidad que los de Villaviciosa lleven tan sólo 18 goles a favor. Su dificultad para conseguir gol es extrema. Además de probarlo poco y su precisión en la combinación es mínima, lo que reduce ampliamente las posibilidades de generar oportunidades. 

 

Fuente vía Vintage Stats/ Wyscout

En general, en el Grupo II existen varios bloques diferenciados de equipos. Tudelano, Burgos o Barakaldo son buenas muestras de un fútbol aguerrido y físico, propio del norte. Por otro lado, Sporting B, Real Sociedad B, UD Logroñés y Real Unión son ejemplos de todo lo contrario. Pase corto, creatividad y cuero casi siempre por el suelo. Hay otros equipos que están en un término medio, como Leioa o Bilbao Athletic, capaces de adaptarse a varios registros. Tradicionalmente, la mayoría de conjuntos que logran los ascensos suelen ser correosos y muy fuertes atrás. Sin embargo, este año hay varios proyectos que quieren desafiar esa máxima y salir del pozo jugando bonito. ¿Lo conseguirán?

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