El fútbol. Un deporte tan amplio que cuesta averiguar cuantas maneras distintas hay de practicarlo. Por eso, hay que entender que cada entrenador puede elegir un estilo diferente. Puede apostar por la posesión, pero también puede ser más vertical; presionar arriba o esperar al rival en campo propio. Ante tanto estilo distinto, el Grupo III de Segunda División B se decanta mayoritariamente por un juego directo y con constantes jugadas en largo.

Los pelotazos

Los equipos caracterizados por jugar constantemente en largo en sus partidos han sido bastante criticados históricamente. Les ha sido achacada la frase "pelotazo arriba y a ver qué pasa". Pero lo cierto es que con este estilo de juego hay que equipos que logran resultados sencillamente espectaculares.

El mejor ejemplo de esto es el Ontinyent CF. El conjunto dirigido por Vicente Parras lidera una tabla del Grupo III en la que se ven los porcentajes de jugadas iniciadas con pases en largo de cada equipo.

Fuente: @vintage_stats
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Los valencianos inician sus jugadas con pases en largo en el 74,4% de las ocasiones. Esto no quiere decir que el Ontinyent no juegue bien al fútbol, lo que quiere decir es que su estilo de juego está basado en el juego vertical y directo. Además, prueba de que no es una mala opción, y menos en categorías como esta, es que el equipo es sexto en la tabla con 41 puntos.

Además, de los cinco equipos que lideran esta clasificación: Ontinyent CF, UE Llagostera, Atlético Saguntino, CF Badalona y Lleida Esportiu, cuatro de ellos están situados entre los diez primeros clasificados en la clasificación.

Pese a ser el tercero de esta reñida clasificación, el Atlético Saguntino es el otro vivo ejemplo del juego largo y directo. Sin embargo, hay un aspecto que diferencia a Ontinyent y Saguntino, y es la intencionalidad de los balones en largo. Mientras que en el bando romano muchos de los pases no tienen ningún fin determinado de ataque, los pupilos de Vicente Parras tienen más asimilado cómo y cuándo jugar esos balones en largo.

Últimos y al toque

De esta clasificación, si hay algo que verdaderamente sorprende es la clasificación de Deportivo Aragón y Atlético Baleares. Los dos últimos equipos del Grupo III son dos de los que menos juegan en largo, es decir, que son dos de los equipos que mejor tratan el esférico.

Parece contradictorio que con un juego más elaborado ocupen los puestos más bajos de la tabla. Sin embargo, queda demostrado, de este modo, que en categorías tan peleadas y físicas como es el caso de Segunda B, la opción más factible es jugar directo y buscando la verticalidad en línea de tres cuartos.

Contra la norma

Por el otro lado, hay dos equipos que destacan claramente por su juego de toque y de creación. Estos dos "raritos" del grupo son el Villarreal B de Miguel Álvarez y el Valencia Mestalla de Miguel Grau.

Casualmente dos filiales de dos equipos punteros en Primera División son los que más elaboran sus jugadas y los que menos balones en largo juegan, con un 29,5% para los valencianos y un 21,3% para el submarino amarillo. Quizás las aspiraciones a poder jugar algún día en el primer equipo es el que haga que estos conjuntos opten más por un juego pausado. Mirando la clasificación, es evidente que ambos conjuntos han interiorizado muy bien este estilo, pues el Villarreal B es segundo con 48 puntos y el Mestalla es séptimo con 38 y sumando ya tres meses sin conocer la derrota.

Por lo tanto, en el Grupo III hay un bloque dominante, que es el del juego directo y vertical, y otro minoritario del toque y la elaboración. Los equipos de la parte alta apuestan por el mítico pelotazo, y los resultados que están logrando son envidiables. No obstante, por la zona baja, equipos como el Deportivo Aragón, el Atlético Baleares y la UE Olot, apuestan por elaborar las jugadas en sus partidos. Por lo tanto, veremos si estos equipos que desafían la norma establecida logran salvarse con un estilo peculiar en este grupo.