Tarde muy especial en el Camp Nou. El partido entre primero y segundo de la liga acaparaba todos los titulares, pero el encuentro significaba mucho más. Por fin, la afición azulgrana tendría ocasión de despedirse de Quini en el estadio que tanto disfrutó de él. El mundo del fútbol lloraba y el cielo de Barcelona lo acompañaba horas después de conocerse la súbita muerte de Davide Astori, quien también sería honrado con un minuto de silencio.

Y no había mejor escenario para celebrar sus carreras. Barcelona y Atlético estaban a segundos de protagonizar el encuentro más importante de esta liga. Primero y segundo saltaban al terreno de juego con tan solo cinco puntos de diferencia que multiplicaban la repercusión del resultado.

La afición azulgrana pudo despedirse de Quini. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
La afición azulgrana pudo despedirse de Quini. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

Tras semanas picando piedra, el Atlético había conseguido acercarse al Barcelona, que había sido incapaz de continuar con su gran racha en el campeonato nacional. Ambos clubes estaban más cerca que nunca y el resultado del partido podía marcar el devenir de la temporada.

Ninguno de los dos podía, por tanto, reservar nada para este partido. Muy claras dejó las cosas Ernesto Valverde, que propuso una alineación cargada de magia y talento ante un rival tan peligroso como el Atlético de Madrid. Los colchoneros, por su parte, debían sacar las garras y apretar a los locales para continuar con su idílica remontada en liga.

Control total

La alineación del FC Barcelona ya dejaba entrever cuál sería la dinámica del partido. Con un once tan ofensivo y lleno de magia como el que ha presentado Valverde, los azulgranas se lanzaron al ataque desde el primer momento. Con ritmo pero mucho temple, los locales quisieron imponer su ley sobre el Atlético en todo momento.

Declaración de intenciones. No hay más maneras de catalogar el inicio de partido del conjunto barcelonés, que quiso dominar el partido en todo momento. Iniesta volvió a alzarse como el catalizador del equipo, controlando el ritmo del juego a su placer.

En un duelo como este, en el que no hacen falta demasiadas excusas para motivarse, el manchego salió más que enchufado. No solo controlando los tiempos, pero también yendo a por cualquier balón como si fuese su primer partido con el primer equipo.

Fue en el minuto 19 cuando su entrega y esfuerzo acabaron por pasarle factura, cuando sufrió un duro golpe tras luchar un balón dividido con Saúl. El capitán del Barça cayó de manera muy fea sobre su coxis, y estuvo unos segundos en el suelo, pero pudo recuperarse sin demasiados problemas.

Más problemático fue, eso sí, el golpe que sufrió en el minuto 22. Tras recuperar un balón, Iniesta salía a la contra. Fue entonces cuando se trastabilló con Vrsaljko y pareció sufrir un pinchazo en la parte posterior de su pierna. El miedo se respiraba en el Camp Nou, donde aficionados y compañeros del manchego aguantaban el aliento. Sin embargo, tras unos segundos de incertidumbre, Andrés pudo volver a incorporarse.

El Barcelona seguía apretando y acercándose más y más a la portería defendida por Oblak, aunque no eran capaces de conseguir oportunidades demasiado claras. Probablemente la mejor ocasión la generó el propio Atlético, cuando Thomas realizó una falta a un metro de la media luna de su área.

Messi volvió a decidir el partido. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
Messi volvió a decidir el partido. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

Sin pensárselo dos veces, Messi preparó el balón, tomó carrerilla, lanzó y el Camp Nou se unió en un grito de alegría. El astro argentino colocaba el balón en la escuadra izquierda de Oblak, que no era capaz de evitar el gol de Leo. De esta forma, Messi conseguía poner por delante al Barcelona en su gol número 600 como profesional. Otra maravilla de la Pulga.

El partido siguió con un ritmo similar al que había habido hasta entonces. El Barcelona seguía apretando las tuercas a los visitantes, que no eran capaces de salir con el balón jugado. Los colchoneros intentaron subir algo su velocidad e intensidad, pero no consiguieron incomodar demasiado a los locales.

Lo único que pareció cambiar fue el nivel de Iniesta. Tras los dos golpes, el manchego no había sido capaz de mostrar el mismo nivel que hasta entonces, mientras la posibilidad de lesión seguía presente. Fue en el minuto 35 cuando Valverde decidió darle un relevo al capitán del Barcelona y dar entrada a André Gomes.

El portugués tenía que ayudar a mantener el control del juego. Con su criterio y calidad, parecía el recambio más adecuado para Iniesta. La mejor noticia del cambio fue que Coutinho pudo caer a la banda izquierda, donde se mostró mucho más cómodo. El brasileño ya ha demostrado en más de una ocasión que esa es su posición favorita, y así lo demostró.

Iniesta tuvo que retirarse del terreno de juego. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
Iniesta tuvo que retirarse del terreno de juego. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

Los locales siguieron controlando el partido y se echaron, incluso, algo más al ataque. Con la electricidad de Coutinho y el ímpetu de Messi, con una gran actitud toda la primera mitad, ambas bandas cortaban como puñales. Sin embargo, el Atlético fue capaz de aguantar el tipo durante el resto del primer tiempo, marchándose al vestuario con el marcador de 1-0.

Prohibido dormirse

Era imposible pensar que el Atlético saliese con la misma actitud en la segunda mitad. Con media liga en juego, el Cholo Simeone tuvo que dar uno de sus discursos durante el descanso para activar al conjunto colchonero. Los rojiblancos comenzaron la segunda mitad con paciencia, pero con un ritmo mucho mayor al de la primera mitad.

El Barcelona parecía tentar al Atlético, jugando con el resultado y obligándoles a salir a por el partido. Los locales tenían margen y quisieron utilizarlo, pero dejaron demasiada libertad a unos visitantes que comenzaron a engrasar su motor.

La revolución se completó en el minuto 59, cuando el Cholo decidió poner toda la carne en el asador. Sabedor de la verticalidad de Jordi Alba y del peligro que conllevaba la amarilla de Vrsaljko, decidió coger el toro por los cuernos. Contra todo pronóstico, Ángel Correa fue el sustituto escogido por Simeone, que quiso mandar un claro mensaje.

Con Correa como lateral, el Atlético se echó adelante, haciendo retroceder a los locales conforme pasaban los minutos. La presión era cada vez mayor y el Barcelona estaba cada vez más incómodo. Las intenciones de Simeone y su equipo eran más que claras, pero aún tendría tiempo de confirmarlas en otra ocasión.

Solo siete minutos después, en el 66, Gameiro consiguió su oportunidad en detrimento de Gabi. El delantero francés entraba para ser la enésima arma ofensiva del Atlético, que tenía ahora cuatro delanteros sobre el terreno de juego. Lejos de dudar lo más mínimo, el técnico argentino y los suyos tenían muy claro lo que tenían que hacer.

El Atlético fue incapaz de crear ninguna ocasión clara de gol. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
El Atlético fue incapaz de crear ninguna ocasión clara de gol. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

Tan pronto como en el minuto 75 llegó el tercer cambio de los colchoneros, con el cual dieron entrada a Lucas Hernández en lugar de Filipe Luís. La frescura de Lucas debía dar aún otra marcha a los atléticos, pero también activó a los azulgranas, que estaban pasándolo muy mal en los últimos minutos.

Los locales dieron un paso adelante y volvieron a apretar, poniendo de nuevo en apuros al Atlético. En el minuto 30, incluso, Suárez fue capaz de enviar el balón al final de la red, pero el uruguayo estaba en fuera de juego. Dos otra ocasiones llegaron en los próximos minutos. La primera y más clara corrió de la cuenta de Busquets, que empalmó un córner de Messi al segundo palo y estuvo a punto de sorprender a Oblak. La segunda la protagonizó Coutinho, que fue capaz de integrarse en el área tras uno de sus grandes regates.

Un gran partido realizó Coutinho, que dejó atrás cualquier duda despertada anteriormente. El brasileño trabajó con uñas y dientes, complicando mucho las cosas al Atlético tanto con su electricidad como con su gran presión. El cansancio empezaba a hacer mella en él, con lo que Valverde optó por sustituirle y dar entrada a Paulinho, poniendo algo más de músculo sobre el terreno de juego.

El Atlético, eso sí, no se achantó lo más mínimo. No dejaría de atacar y dar algún que otro susto a los locales. En el minuto 40, incluso, Gameiro logró rematar el balón y superar a Ter Stegen, pero su posición de fuera de juego anuló el gol del Atlético.

Coutinho jugó algunos de sus mejores minutos con la camiseta azulgrana. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)
Coutinho jugó algunos de sus mejores minutos con la camiseta azulgrana. | Fotografía: Noelia Déniz (VAVEL.com)

Los últimos minutos del partido fueron un toma y daca constante entre ambos equipos. Unos querían remontar el partido, mientras otros se defendían y buscaba algún resquicio a la contra. Sería el Barcelona quien se llevaría el gato al agua con sufrimiento pero una buena gestión de los últimos instantes.

El partido se decidió por la mínima en lo que fue un verdadero choque de titanes. La primera parte fue dominada de cabo a rabo por los locales, pero la reacción de los colchoneros puso contra las cuerdas a los azulgranas. Sin embargo, los del Cholo no tuvieron ninguna ocasión clara para empatar un partido que volvió a decidirse por la magia de Messi.

De tal forma, el Barcelona frena la remontada del Atlético y amplía su ventaja al frente de la clasificación. Con ocho puntos de ventaja sobre los rojiblancos y 15 sobre el Real Madrid, el Barça recupera parte del margen perdido y buscará cerrar el título liguero lo antes posible.

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Sobre el autor
Santiago Arxé Carbona
Baloncesto, moticiclismo y fútbol. Ecribir y hablar sobre ello, mis grandes pasiones.