Tampoco pudo ser. El Tenerife se llevó tres puntos de oro del Nou Estadi de Tarragona, y la situación del Nàstic en su propio feudo es totalmente desesperante. Tras este 1-2, los tarraconenses siguen como uno de los peores locales de la categoría. El último enfrentamiento que ganaron los grana en casa fue ante el Sevilla Atlético, el 10 de diciembre del año pasado.

Un partido que empezó con un planteamiento ofensivo por parte del conjunto de Nano Rivas. Desde el minuto uno el equipo local supo que la lucha por la victoria pasaba por asfixiar a los tinerfeños con un ataque constante.  Las bajas de Álvaro Vázquez, Dumitru y Javi Márquez obligaron al técnico de Ciudad Real a hacer cambios. Volvieron a entrar en el once Jean Luc Assoubre y  Abraham. Maikel Mesa dejó la banda izquierda y pasó al centro del campo, posición natural del centrocampista canario.

La primera ocasión destacada del partido la tuvo el Nàstic. En los pies de Sergio Tejera, tras un pase de Jean Luc con una buena internada en el área que atajó Hernández evitando el primer tanto local. El Nàstic seguía insistiendo en de cara a portería llegando por las bandas, con más intensidad a la que el equipo tenía acostumbrada a la parroquia grana.

De la ilusión a la desesperación en media hora

Y tanto fue el cántaro a la fuente, que llegó el primer gol del partido. Tete Morente se estrenó como goleador grana en el minuto 10. Mesa, demostrando que por el centro del campo es un jugador mucho más peligroso que como en la banda, tiró un pase de crack por encima de la defensa visitante que Tete, con la puntera, puso al fondo de la red de Hernández.

Duró poco la alegría en el Nou Estadi, pues empató el Tenerife en la jugada posterior. Juan Villar, desde la fronta del área, tiró un latigazo imparable al que no pudo llegar Stole Dimitrievski. Dos goles en once minutos, todo parecía presagiar un partido movido.

Llegada grana, réplica insular. Dos equipos en crisis que querían romper sendas rachas negativas a toda costa. El Nàstic, peor local, el Tenerife, uno de los peores visitantes. La volvió a tener Kakabadze que envió la pelota al palo derecho tras un robó de balón a Mula. Respuesta similar la del Tenerife, en que Lucas Aveldaño envió un cabezazo al travesaño. Dos goles, dos palos, y no había transcurrido ni la mitad del primer tiempo.

Remontó el Tenerife con el segundo de Juan Villar. Pese a que la defensa del Nàstic y el Nou Estadi pidió insistentemente falta en la rematada del delantero onubense, el árbitro no lo vio así y el tanto subió al marcador.

Desde ese momento y hasta el final del primer tiempo, acoso y derribo del Tenerife a la portería de Dimitrievski que vio como sus opciones se ahogaban, y volvían los fantasmas de la situación como peor local. Adelantarse en el marcador. Recibir dos goles. La historia de siempre en “can Nàstic”.

Santa Tecla, Sant Magí ya no son suficientes

Cuando las cosas van mal, en Tarragona se encomiendan a los dos patrones de la ciudad: Santa Tecla y Sant Magí. Y en muchas ocasiones, ambos santos han bajado y han ayudado al Nàstic. Esta vez, no ha habido deidad ni fuerza suprema que ayudase al conjunto grana. El Tenerife, que terminó la primera parte siendo el dueño del partido, lo siguió siendo en el segundo tiempo.

El Nàstic lo intentó con todo el corazón, pero a los problemas físicos del equipo tarraconense, se le suman los problemas de concentración. Cuando el conjunto grana encaja un gol, el cuadro local se desdibuja. Los dos tantos de Villar dieron la puntilla a un cuadro tarraconense perdido en los últimos 45 minutos.

Quiso buscar la reacción Nano Rivas dando entrada a Ike Uche que sustituía a Maikel Mesa. Entro también Muñiz para dar algo de peligrosidad y enganche a la delantera grana tras la retirada del canario.

Cuando parecía que el Nàstic estaba más fuera del partido que dentro, recuperó Jean Luc en la zona de tres cuartos, se enfrentó él sólo a la defensa visitante, tiró un pase entre lineas para Manu Barreiro que consiguió batir al Dani Hernández. Pero el asistente, con el banderín levantado, marcó el fuera de juego del delantero gallego. Decepción local, en el verde y en la grada. El resto del partido, un auténtico ‘quiero y no puedo’ del Nàstic. Entró Dongou para poner toda la carne en el asador y conseguir el empate, pero era demasiado tarde. Los tarraconenses siguen como uno de los peores locales de la categoría.

El Nàstic tiene una cita con la épica la semana que viene en Los Cármenes. Los de Nano Rivas visitan el feudo del Granada, con la baja ya segura de Sergio Tejera, que recibió la quinta amarilla. Pérdida sensible en la sala de máquinas del Nàstic de Tarragona, que aún así se aferra al clavo ardiendo de su condición de visitante: recibir al conjunto grana es todo un peligro esta temporada. Curiosa condición, para una categoría en que convertir el propio feudo en un fortín es vital para cumplir los objetivos.

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