Que la temporada del Málaga está siendo nefasta es algo que se sabe desde hace muchos meses y jornadas. Desde que se vio como fue el mercado de verano para el conjunto de la Costa del Sol, se podía intuir que iba a ser una temporada más o menos dura y llena de sufrimiento para equipo y afición en vistas de mantener la categoría. Pero lo que quizás nadie se imaginaba, es que iba a ser un firme candidato a descender y que la temporada se iba a desarrollar de está manera tan desastrosa.

Míchel se marchó con la sensación de que, a pesar de que los jugadores creían en su sistema de juego, el sistema táctico naufragaba una y otra vez, la defensa hacía aguas por todos lados, de tener un centro del campo que no producía juego y con un ataque con la pólvora mojada. Con la llegada de José González se esperaba que el equipo diera un cambio de rumbo y se buscaba un entrenador que implantara un sistema de juego "resultadista", con las miras puestas a ser prácticos, ganar y salvarse nada más. Con un sistema que a pesar de que pudiese gustar más o menos buscaba sumar de tres en tres, pero parece que ese efecto esperado se ha diluido como un azucarillo.

Cambio de sistema de juego

Desde que el gaditano llegó al banquillo de La Rosaleda se abonó al sistema de juego 4-4-2 con el que el equipo no ha mejorado en defensa ni en ataque, incluso sufre más en jugadas de estrategia. El jugar al pelotazo es un juego que no gusta al aficionado, que en la plantilla cada vez es más cuestionado y que además no da resultados. Con Míchel los jugadores sí creían en una doctrina que tenía como base elaborar para compensar con más llegadas al área rival la falta de equilibrio, desborde y gol. Pero el actual sistema de juego y el pelotazo no solo no da frutos, sino que da sensación de inferioridad con el rival y un juego que el contrario puede detectar y anular con facilidad. Por lo que parece que el cambio realizado no ha sido a mejor.

Vuelta a la casilla de salida

Míchel dejó al Málaga penúltimo con once puntos, tres victorias, dos empates, 14 derrotas y un saldo negativo de -20, 13 goles a favor y 33 en contra en la jornada 19. Desde que llegó González el Málaga ha disputado ocho partidos, situándose como farolillo rojo de Primera División con 13 puntos, tres victorias, cuatro empates,  20 derrotas y con el saldo más negativo todavía de -27, 16 goles a favor y 43 en contra.

Con la llegada del técnico gaditano solo se puede decir que ha mantenido igual el registro de sumar cinco derrotas consecutivas, como ya hiciera el equipo en las primeras cinco jornadas con Míchel, situándole en la casilla de salida como en el inicio de temporada. Del resto mejora un registro, suma un punto más en siete partidos que en los siete primeros partidos de liga. Y empeora la distancia de la permanencia a ocho puntos, gracias a los resultados de los rivales que hacen que no sea mayor.

González supera al Gato Romero en el récord negativo

Pero no solo se está esfumando el esperado efecto de González, es que está superando los récords negativos que acumuló el Gato Romero la pasada temporada. Fue justo en el séptimo encuentro cuando logró su primera y única victoria en los diez encuentros que dirigió el Gato, junto a los dos empates cosechados. En ese aspecto González ha empeorado el registro, ya que no ha saboreado aún las mieles de la victoria en ocho jornadas, aunque sí que ha logrado igualar los dos empates. Pero de seguir así superará con creces lo “conseguido” por el Gato en diez partidos. Dos puntos de 24 posibles, le sitúan como uno de los peores registros cosechados por un entrenador en el banquillo malacitano.

Rendimiento de los jugadores incorporados en el mercado de invierno

Es conocido por todos que el mercado de invierno no suele ser un mercado propicio para encontrar a buenos jugadores a un precio económico. Suelen ser jugadores que se encuentran fuera de los planes de otros equipos, fuera de forma… Si que es cierto que el Málaga ha encontrado en algunas ocasiones jugadores que han encajado a la perfección en el esquema del equipo y a las necesidades del mismo, como han podido ser Baiano, Amrabat… y que han llegado a influir con diferencia en la salvación posterior del equipo.

Con estas expectativas se llegaba a enero, encontrar a esos jugadores con los que no se dio en verano. Pero nada más lejos de la realidad, de las ocho incorporaciones realizadas, de las que ha disfrutado casi en su totalidad el técnico gaditano, solo hay tres jugadores que sobresalen del resto y han mejorado a lo que había, Ignasi Miquel, Iturra e Ideye. Estos tres jugadores forman la nueva columna vertebral del equipo titular, que están dando el mejor rendimiento. En la otra cara de la moneda se encuentran Alberto Bueno, Samu García y Succes que, o por su bajo nivel físico, por su escasa aportación, o por no contar con ellos el técnico, han sido las decepciones.

La firma

Parece que esta etapa post Míchel está más llena de sombras que de luces, con un sistema de juego que no tiene ninguna identidad y que solo ve volar el balón hacia delante como el que lanza una moneda al aire a ver que sale. Sistema en el que no creen y aburre a los aficionados y del que empiezan a dudar los mismos jugadores. A pesar de que está pensado para buscar el resultado no lo está dando y se debería plantear cambiar el sistema o quizás el entrenador, porque está visto que este no funciona.

Lo que sí que está dando es síntomas de que este equipo se hunde a Segunda División, porque aparte de los resultados y el juego hay otros signos que agravan la situación. La falta de suerte en ciertos momentos del partido que podría haber cambiado dos o tres resultados, la cierta indiferencia de parte de los aficionados ante la actual situación, diversas decisiones arbitrales y la inacción de la propiedad ante esta situación que lleva ya muchos meses instalada en el Málaga.

Visto el futuro negro del equipo para empezar a planificar un proyecto de garantías para la próxima temporada en Segunda División, el Málaga no debe bajar los brazos y sacar la bandera blanca aún. Porque parece que el destino no quiere ser más cruel y los otros tres equipos en lucha por la salvación dejan aún un halo de esperanza para el conjunto de Martiricos, ya que continúa a ocho puntos gracias a los empates de Levante y Deportivo de La Coruña, y a la derrota de Las Palmas. Por ello debe seguir luchando por salvarse e intentar mantenerse en Primera División, porque aún hay vida para lograr la salvación, quedan jornadas y puntos para poder conseguirlo, y la unión entre equipo y afición pueden obrar el milagro.