La jornada 30 de Segunda División está a la vuelta de la esquina. En el caso del Rayo Vallecano, en el sur de la Península Ibérica. Hasta Almería tendrá que desplazarse este fin de semana la plantilla de Míchel, que se enfrentará a la UD el sábado a partir de las 18:00. ¿El objetivo? Amarrar la segunda plaza de ascenso directo y, por qué no, seguir asomándose al Huesca. Por su parte, los andaluces cuentan con un pequeño colchón que les permite respirar, pero los puestos de descenso no están tan lejos.
Fijándonos en los datos más relevantes entre ambos equipos, el Rayo Vallecano lleva desde 2003 sin conseguir la victoria en Segunda División en el feudo almeriense, aunque en los últimos años el conjunto franjirrojo ha vencido en dos ocasiones en Primera (2013 y 2014) y en Copa del Rey, en la temporada pasada. En cuanto al duelo liguero de la pasada campaña, el Almería consiguió la victoria gracias a los goles de Puertas, Azeez y Fidel, dejando en ridículo al equipo entonces entrenado por Sandoval; que hoy tiene la misión de salvar al Córdoba.
Por otro lado, poniendo el foco en las últimas cinco jornadas ligueras, Rayo y Almería son el tercer y quinto mejor equipo, respectivamente. Si los de Vallecas han conseguido once puntos repartidos en tres victorias (Sevilla B, Cultural Leonesa y Huesca) y dos empates (Osasuna y Valladolid), los andaluces -diez puntos- cayeron ante los navarros, empataron con el Huesca y consiguieron tres puntos ante el filial sevillista, Cultu y Lorca. Sin embargo, catorce puntos y doce posiciones separan a ambos equipos.
El equipo de Míchel, que este miércoles se entrena a puerta cerrada en la Ciudad Deportiva, es el segundo equipo más goleador de Segunda (con 49, solo el Valladolid le supera con medio centenar de tantos). Raúl de Tomás tiene mucha culpa de ello con una quincena de goles en su haber. Resulta curioso que no sea uno de los equipos que menos encaja, ya que la media es superior a gol por partido. Alberto García ha encajado 32 tantos en 29 jornadas, misma cifra que presenta el Almería, que ve en su faceta goleadora -tan solo 30- su principal déficit.