El Girona se enfrenta hoy al Deportivo de la Coruña, un histórico en horas bajas. El equipo de Clarence Seedorf necesita la victoria sí o sí para tener opciones de salvarse. Una derrota le podría dejar a cinco puntos del Levante, primer equipo fuera de la zona de descenso. Si bien las apuestas dan como favorito al Girona, la imperiosa necesidad de sumar del rival hace que sea un partido trampa. Machín ya advirtió de ello.

Los gallegos se encomendaron a la leyenda Clarence Seedorf a principio de año para revertir una peligrosa situación, llevaban siete partidos sin ganar. Sin embargo, parece que su calidad como jugador no persiste en los banquillos, ya que no ha conseguido ni una victoria en cinco partidos. Los blanquiazules llevan ahora 12 partidos sin sumar los tres puntos. Su última victoria fue el nueve de diciembre en Riazor contra el Leganés. Fuera de casa no ganan desde el 30 de octubre en Gran Canaria.

Uno de los principales motivos de esta situación, es la poca solidez defensiva que ofrecen los herculinos. Con 57 goles encajados, son el peor equipo en esta faceta. El portero Rubén Martínez no está realizando una gran temporada, y los defensas tampoco han ayudado. El técnico holandés va a tener que encontrar la solución a este problema si quiere salvar a su equipo. Lo tendrá que empezar a hacer hoy, porque se enfrenta contra Portu y Stuani, la tercera pareja más realizadora de la liga.

El Deportivo suele jugar a la contra, dejando que sea el rival el que domine el juego. La formación inicial es normalmente un 4-2-3-1, con un doble pivote y una línea de tres por encima que se suele volcar al ataque. Celso Borges tiende a ser indiscutible en el mediocentro, compartiendo posición con Mosquera o Gilherme. Seedorf ahora también cuenta con las incorporaciones invernales de Khron-Dehli y Muntari que pretenden, con su veteranía, dar más control a un centro del campo que muchas veces se veía superado.

En ataque es donde más peligro tiene el Deportivo. Ya advirtió Machín que tienen un tridente ofensivo que lo desearía cualquiera. Lucas Pérez, Andone y Fede Cartabia tienen un gran desequilibrio y suelen sacar de quicio a las defensas rivales. Han salvado muchos partidos con sus goles y, sin ellos, probablemente los blanquiazules estarían aún  más al fondo de la tabla.