El animal que parecía dormido ha despertado. Tras un complicado inicio de campaña con la sanción de cinco partidos y una sequía goleadora inusual en el delantero luso, la mejor versión de Cristiano Ronaldo ha vuelto en el momento más crítico de la temporada. 

Siete son los partidos consecutivos que ha enlazado el 7 blanco perforando la portería rival. Una racha que repite por primera vez desde hace cuatro años. La Real Sociedad fue la primera víctima en lo que fue la antesala de la eliminatoria frente al PSG. A partir de ahí, cada partido jugado por Cristiano se contabiliza como victoria blanca con ayuda de los goles del portugués. 

Parece que la música de la Liga de Campeones ha llamado la atención del instinto asesino que yacía en el interior de Cristiano durante todos estos meses y que no ha logrado desatarse hasta ahora. El mejor goleador de todos los tiempos ha resurgido en el momento clave de la temporada para su equipo. Por algo es Míster Champions. Quizás si los goles del portugués hubieran llegado antes se hubiesen evitado las catástrofes madridistas en La Liga y en la Copa del Rey, pero ya es tarde para lamentarse. El Bicho está enfocado cien por cien en lo que resta de temporada y con él en este estado de forma, el Real Madrid se convierte en un rival indeseable. 

Cada día que pasa, menos extremo y más delantero

Los años pesan. Él lo sabe. Ya no es ese extremo que desbordaba a los defensores rivales entre gambetas y cambios de ritmo. Su cuerpo no le permite realizar el desgaste de antaño. El Cristiano que lo jugaba todo y no quería perderse ni un minuto ha pasado a mejor vida. El portugués ahora es un jugador más maduro, un killer de época. Se dosifica para estar al máximo en el momento clave. Así es como ha logrado llegar como un cohete a este tramo final de la temporada donde el Real Madrid se lo juega todo a una carta. Su carta favorita. La Champions League

No es la primera vez que sucede algo parecido con Cristiano. Sin ir más lejos, la pasada campaña, el portugués bajó notablemente su rendimiento hasta la llegada de la máxima competición continental. Ahí fue donde se puso el mono de trabajo que llevó al Real Madrid a su 12ª Copa de Europa y a él a su quinto Balón de Oro. Gustará más o menos, pero nunca puedes dar por muerto a Cristiano Ronaldo

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