El filial gallego vuelve a caer derrotado en un partido a domicilio, esta vez ante un rival directo, la UD Sanse. Los locales lograron vencer a los de Rubén Albés en un partido cargado de polémica, pues el colegiado encargado de dirigir el encuentro señaló un dudoso penalti, desde el punto de vista de los visitantes, a siete minutos del pitido final del encuentro, que el equipo de casa no desaprovechó y con el que logró llevarse tres puntos de oro en un partido en el que los vigueses terminaron con un jugador menos sobre el verde, que valen para superar al Celta B en la clasificación.

Los celestes no levantan cabeza a domicilio, y es que ya van siete partidos consecutivos sin conocer la victoria, siendo esta última frente a la Ponferradina por un gol a dos para los de la ciudad de Vigo un 19 de noviembre del pasado año 2017. En estos últimos ocho encuentros, contando el de la última victoria, el conjunto gallego ha encajado nada más ni nada menos que 11 tantos, logrando tan solo anotar 4 a favor, logrando un empate y una victoria, y perdiendo seis partidos. Con estas estadísticas queda claro que a los pupilos de Rubén Albés no se les da nada bien jugar fuera de casa, y no logran encontrar un remedio para ello.

Con esta derrota, el filiar celeste pierde la octava plaza en función de la propia UD Sanse, empatando ambos a 41 puntos, situándose a 9 puntos de los playoffs para la Segunda División española. El RC Celta de Vigo B jugó todo el partido con once jugadores hasta el minuto 83, en el que fue expulsado Rai Marchan por doble amarilla, autor del penalti señalado en el mismo minuto. La primera tarjeta la vio en el minuto 39. Una dolorosa derrota que hace que el filial vuelva a caer al abismo del que le cuesta tanto salir.