Un equipo que vive luchando tiene como mayor miedo la sequía goleadora. En el desierto de la Segunda División que el Granada transita en esta temporada, el oasis ha estado en Los Cármenes y el calor intenso fuera de sus fronteras. En la última jornada el sofoco se trasladó a territorio propio y el anhelo por ciertos espejismos fue real.

Darwin Machís está siendo el hombre del año. Ante el Nástic de Tarragona, la afición rojiblanca quedó huérfana del desequilibrio que tanto ha dado en la presente temporada. Un jugador que, además de buenos números, brinda espectáculo tanto por su talentosa expresión corporal como por la confianza que transmite su presencia en el verde. Su rendimiento está encubriendo a las figuras que al principio de temporada estaban enfocadas a llevar al Granada en volandas a Primera con su eficacia goleadora

Adrián Ramos, Joselu y Rey Manaj no terminan de encontrar su esencia goleadora. La llegada de 2018 no ha encendido la chispa que Joselu tenía encendida en el Lugo. Además, Ramos solo ha aparecido puntualmente mientras que Rey Manaj sigue con la pólvora mojada desde el inicio de la competición liguera.

La cuestión traducida a datos ensalza la figura de Darwin: la suma de los tantos de los tres goleadores en duda (13 goles) solo adelantan a la cifra de Machís en dos dianas.

El último tropiezo preocupó por la ineficacia goleadora. Hasta trece saques de esquina sacaron los jugadores granadinos que pasaron el partido carentes de acierto hacia la portería rival. Unas oportunidades a balón parado complementadas con veintiocho disparos en total, que ejemplifican la pésima puntería demostrada por los jugadores de José Luis Oltra en su último enlace.

El rendimiento general demuestra que no hay correlación entre lo sucedido el pasado domingo y el resto de la temporada. Así, el Granada se sitúa en la media de goles a favor en comparación con el resto de equipos de la categoría con cuarenta y cuatro goles.