El Real Betis, aun teniendo una temporada de notorios altibajos, está brindando a su afición un año para el recuerdo. La comunión entre jugadores y afición, con puntuales enfados, ha sido la constante en una temporada donde el equipo ha entrado en una encarnizada guerra por el séptimo puesto.

Desgraciadamente, a pesar de la gran temporada que está firmando el cuadro verdiblanco, sus competidores no se lo están poniendo nada fácil; tampoco es la única traba a la temporada soñada, pues las lesiones se han cebado con la plantilla de Quique Setién, al menos una vez con la gran mayoría de la plantilla. Todo esto ha derivado en que el cántabro deba explorar otras opciones para sus onces iniciales, y por ahora lo está consiguiendo. ¿La clave? La cantera.

Algunos descartarán esta idea, pero lo que de verdad triunfa en el Real Betis Balompié es el producto de la casa; lo que de verdad se ha madurado con los años en el club, y aporta en el campo y fuera de él. Esa es la figura del ídolo bético. Sin embargo, es conveniente examinar la figura del ídolo en la historia del equipo del Villamarín.

Un ambiente de fútbol

Sevilla no es una ciudad cualquiera para formarse como futbolista. La fuerte rivalidad de los dos equipos sevillanos forja desde las categorías inferiores una fuerte mentalidad de fidelidad a los colores del propio equipo. Esta identidad va forjándose junto a unas insaciables ganas de conquistar el estadio del eterno rival y de ganar cómodamente en el propio. Sin miedo se puede afirmar que el bético es un aficionado muy pendiente de las categorías inferiores, por lo que los jugadores que despuntan ya son tenidos muy en cuenta desde edades muy tempranas, como es el caso de Róber, el juvenil que fue ascendido al Betis Deportivo tras ser tanteado por grandes clubes europeos. A diferencia de otras canteras de España con más prestigio, en el Real Betis Balompié le llega, con trabajo, la oportunidad a todo el mundo. Pero hay que trabajar duro para conseguirla; si algo no gusta en la grada verdiblanca es el juego desordenado y con poca cabeza. Claros ejemplos de este tacto con el balón son las últimas grandes producciones de la cantera: Dani Ceballos, Fabián, Beñat, y cómo no, Joaquín.

Los grandes bloques de canteranos

La historia del Real Betis ha sido un largo proceso con forma de montaña rusa, donde lo que siempre ha mantenido viva la llama es la fe en la humildad del equipo y el premiar el buen hacer. Sin embargo, si algo ha caracterizado a los grandes equipos del Real Betis Balompié, fue un intenso componente de cantera que dio el empujón suficiente para entrar en el siguiente nivel. A lo largo de la historia del club se pueden diferenciar grandes quintas de canteranos béticos.

La quinta de Dos Hermanas

La última gran quinta del Real Betis Balompié. Es la responsable de traer el último título a las vitrinas del club con la consecución de la Copa del Rey de 2005 en aquella agónica final ante el CA Osasuna. Se podría concluir que, como grupo, ha sido de las más longevas de la historia del Real Betis Balompié, con la gran parte del núcleo duro superando el lustro como integrantes de pleno derecho del primer equipo. Su nombre, asignado porque muchos de ellos compartían su procedencia de zonas del suroeste de la capital hispalense; Dos Hermanas, Camas, Utrera, etc.

Entre los héroes del Vicente Calderón encontramos al central Juanito (81 veces internacional, campeón de la Eurocopa de 2008), Rivas, Arzu, Varela, Melli, Jesús Rodríguez “Capi”, Dani, Toni Doblas y cómo no, la estrella, Joaquín (internacional 51 veces). Si bien el descenso supuso una gran decepción para el status que había conseguido el Betis como club en la década de los 90, aquel año sirvió para dar el revulsivo del Eurobetis a una generación de jóvenes con mucho talento, que acabaron trayendo otro título al club, algo que no se conseguía desde 1977. Tras ello, una gran decadencia directiva del equipo sumió al equipo en una crisis que ha perdurado hasta prácticamente la actualidad. Sin embargo, la lealtad de aquellos canteranos se prolongó incluso hasta en el descenso de 2009, donde jugadores como Capi o Arzu todavía permanecían en la entidad.

La quinta del Eurobetis

Sin duda alguna la quinta que mayor prestigio ha aportado a la historia del club fue la que condujo al surgimiento del Eurobetis; en aquella fantástica segunda mitad de los 90, el Real Betis se encaró con los más grandes de España y luchó con fiereza en Europa, partiendo de una sólida base de canteranos

Entre los que destacaron, es obligación nombrar a Roberto Ríos, Ureña, Juan Merino, José Antonio Cañas, Carlos Cuéllar y Márquez. Con ellos, el Real Betis volvió a conocer la grandeza tras una década en el ostracismo. Empezaba la era de Lopera, que venía de haber evitado por horas la desaparición en un suceso que rozaba la historias de Hollywood, y llegaron incorporaciones de primer nivel que pusieron en otro nivel al club; sin embargo, las grandes épocas se acaban, y tras la final de Copa del Rey alcanzada en 1997, muchos, canteranos y no canteranos, quisieron emprender sus carreras profesionales por otros caminos. Se proclamaba el fin del famoso Eurobetis.

El frustrado caso de la quinta del 2011

Entre otras menciones honorables encontramos a la quinta liderada por Beñat Etxebarría, acompañado de jugadores como José Alberto Cañas, Pozuelo, Sergio León, Adrián San Miguel, Ezequiel Calvente, Nono y Álvaro Vadillo. Sin embargo, el descenso y la falta de compañeros con experiencia minó el progreso de la mayoría de ellos. También las numerosas marchas de esos canteranos frustraron el proceso de conseguir un bloque histórico para el club.

La experiencia europea que alcanzaron en su apogeo podría haberles hecho un meritorio hueco en la historia del Real Betis Balompié, pero las prioridades de los canteranos así como la capacidad de negociación por parte de la directiva fueron otras en aquel momento y muchos de ellos hicieron las maletas, como es el caso de Adrián, Cañas, Pozuelo, Beñat... Otros, por su parte, nunca alcanzaron el gran potencial que tenían y su nivel sufrió un duro reverso, como es el caso de Nono, o Ezequiel Calvente, que llegaron a alcanzar cierta regularidad en las convocatorias de la selección sub-21 e inferiores.

El canterano bético, profeta en su tierra

A diferencia de lo que dice el dicho popular "uno nunca es profeta en su tierra", el canterano bético es un jugador extremadamente arropado por su afición, y que siempre aúpa sus posibilidades al máximo, a diferencia de otra gran productora de jóvenes jugadores en España, como el Real Madrid, donde es extremadamente difícil alcanzar el máximo nivel. Sin embargo, el canterano bético acaba alcanzando la oportunidad antes o después. Sin ir más lejos, esta temporada hasta siete jugadores que comenzaron la temporada con el filial han sido convocados en algún partido con el primer equipo.

Esta relevancia que se da en Heliópolis no es casual; en la directiva y en la grada gusta más el jugador producto de la casa, antes que tener que ir al mercado de fichajes. Aunque no tenga fama de las grandes canteras de España, hay un gran seguimiento desde la afición y siempre aporta mucha más confianza el jugador de la casa, pues se da la conciencia de que valora más la oportunidad de jugar en el Villamarín, una oportunidad que, desgraciadamente, no se siente de tal relevancia a nivel nacional. Es un sentimiento que se forja desde las edades más tempranas y una gran responsabilidad que hasta los canteranos de mejor potencial no han sabido aprovechar. Esto cala profundo en las carreras de los futbolistas, que cuando han querido alejar sus carreras profesionales del Villamarín, aun haciendo gala de su talento, no han sentido el apoyo de la afición.

Multitud de casos donde se puede apreciar esa lucha por ganarse la confianza del público aun demostrando el mejor nivel se han dado a lo largo de la historia del Real Betis. Ahora mismo se está apreciando con Dani Ceballos, que aunque no cuenta con las oportunidades que debería tener con Zidane, lo mínimo que se exige por un jugador de banquillo, tampoco está sintiendo el cariño de la afición madridista. Así también lo sintió Joaquín en ciertas fases de su carrera, donde Koeman lo relegó a la suplencia siendo uno de los fichajes más caros de la historia del Valencia, o Beñat Etxebarría, que no ha conseguido volver al rol del líder que demostró ser en un equipo de competición europea como el Real Betis de la campaña 2012/13. Así, muchos más casos en sus salidas del club; Cañas y Pozuelo en el Swansea, Adrián en el West Ham, Juanito en el Atlético de Madrid, Roberto Ríos cuando marchó al Athletic de Bilbao, etc.

Situación actual

Se ha hablado de lo que significa un canterano en el Real Betis Balompié, deduciendo la gran importancia que pasa por tener un hueco en la historia del equipo tener una buena remesa de canteranos. Y así lo están sintiendo en la nueva directiva del club, que junto a Quique Setién y un experto formador de jugadores como lo está siendo José Juan Romero, están dando pie a un nuevo equipo de canteranos que ilusiona a la afición. Con nombres como Fabián, Dani Ceballos o Loren Morón, y seguro cuando debute Róber García, el Betis podría asumir sin miedo a equivocarse que ha dado paso a una nueva generación de oro, llamada, por qué no, a traer un ansiado título que la entidad lleva esperando desde el 2005.

En contra de la prudencia del entrenador, es hora de mirar a Europa, y de tratar con más inteligencia el torneo nacional, la Copa del Rey. Tras los duros años que ha sido el proceso judicial contra la Administración de Lopera, el nuevo Real Betis Balompié puede respirar y descansar tranquilo; su bien más valioso, la cantera, sigue llevando la bandera del club más alta y con más dignidad que nunca. Siguen reclamando lo que siempre ha sido, el lugar donde nacen los ídolos béticos.