Un año más, el único Grupo II. Fútbol físico, aguerrido, barro, lluvia, viento, lucha constante... Ese es el panorama dominante, con excepciones. Cada partido cuesta un mundo ganarlo y todos los "gallos" tropiezan con regularidad. Ningún conjunto es capaz de despegarse de sus rivales en la cabeza. Nueve puntos separan a los siete primeros clasificados. Sporting B (57), Mirandés (54), Real Sociedad B (52) y Racing de Santander (51), ocupan las cuatro primeras plazas. Por detrás, Bilbao Athletic (49), UD Logroñés (48) y SD Gernika (48) quieren aspirar a colarse también en la lucha por el ascenso. El Barakaldo (45), espera continuar su buena línea para meterse en la pugna en las jornadas finales.
Sin embargo, el grupo "txakoli" esconde debilidades. Para empezar, la liga es totalmente desigual y está rota hace bastantes semanas. Veinticinco puntos separan al cuarto clasificado (Racing de Santander, 51) del decimosexto (CD Vitoria, 26). Un auténtico abismo. Un mundo al que la categoría no nos tiene acostumbrados. El año pasado, esta diferencia era apenas de trece puntos y todos los conjuntos tenían algo en juego. Este año, ya hay equipos que saben que ni soñarán ni sufrirán. Real Unión, Amorebieta y Arenas de Getxo comienzan a engrosar la zona de nadie. Demasiado lejos de la lucha por ambas promociones. Fin de año tranquilo para estas tres entidades, salvo sobresalto mayúsculo.
Menos exigencia por abajo
El verdadero drama se vive en zona de descenso. Esta temporada, la salvación será más barata que nunca. Osasuna B (23), Lealtad (22), Peña Sport (22) y Caudal (16) cierran la tabla. Con estos guarismos, en cualquier otra temporada, estarían desahuciados. El año pasado, el Sanse (47) jugó promoción en este mismo grupo. Parece que en esta temporada, pueden hacer falta tan sólo 40 para asegurar un futuro en bronce. La bajada de nivel ha podido darse por el cambio de rivales. Los conjuntos asturianos y navarros son, por línea general, peores que los madrileños y castellano-manchegos. Por ahí ha podido venir esa diferencia. Los cuatro clubes que cierran la competición han vivido o están viviendo momentos horribles. A pesar de todo, el Caudal es el único que parece muerto.
Los rojillos sufrieron una racha de ocho derrotas consecutivas y a pesar de todo, solamente están a un partido de la salvación. El Lealtad pasó doce fechas sin conocer la victoria (4 de 36) y a pesar de todo, sigue con vida. En gran parte por haber conseguido seis puntos ante el Logroñés, único conjunto de la zona alta ante el que ha conseguido puntuar, ¡y de qué manera! La Peña Sport comenzó el campeonato sumando cero de los 33 iniciales. A pesar de todo, la llegada de Rodrigo Hernando revitalizó a los forales. Sin embargo, los tafalleses cosechan demasiadas tablas y cada vez queda menos tiempo. En Mieres dan casi por hecho que son de Tercera. 23 partidos sin ganar, 8 de 69 y sin perforar su portería en el Antuña desde el 3 de diciembre. Desenlace inevitable.
Comparativa con otros grupos
Parece evidente que el nivel por abajo es el más inferior de toda la Segunda B. Mirando en otras partes de la categoría, Valladolid B (31), Olot (32) o Mérida (34), marcan la salvación en el I, III y IV respectivamente. En el II, es el Izarra (29). Los seis últimos conjuntos del Grupo II se situarían en descenso en cualquiera de los otros grupos en los que se divide la extensa categoría de bronce. El Vitoria, conjunto que marca ahora mismo la promoción de descenso, parece partir en desventaja con sus homólogos Toledo (30), Llagostera (32) y Jumilla (32).
Por arriba, la situación parece diferente. El corte por entrar en el playoff es el más alto de toda la Segunda B. Deportivo Fabril (50), Cornellá (48) y Real Murcia (46) no superan en puntos a un Racing de Santander que probablemente viva uno de sus peores momentos de la historia. De los 16 que lucharían por el ascenso (casos especiales de Sporting B y Fabril), que dependen de la evolución de su primer equipo; los potrillos de Alguacil son los más en racha están (14 de los últimos 18). Nadie mete miedo, al contrario que otras temporadas. Ahora mismo, es prácticamente imposible predecir qué conjuntos acabarán en LaLiga 123. Todas las miradas, como casi siempre, se dirigen hacia los Grupo III y IV. En el I, quitando al Fuenlabrada, las cenicientas y los cocos han invertido sus roles. Parece difícil que alguno (Rayo Majadahonda, Rápido de Bouzas o Navalcarnero) logre la proeza, salvo los "kirikos", con plantilla y proyecto para jugar en LaLiga.
Miedo al Mediterráneo
Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Región de Murcia, Andalucía (y Melilla) tienen, a priori, a los equipos más fuertes de la competición. Mallorca, Villarreal B, Elche, Marbella, Cartagena, Extremadura, UCAM y Real Murcia... Cualquier equipo del Grupo II tendría difícil afrontar las tremendas diferencias presupuestarias con el resto de la categoría. En condiciones normales, el Racing debería poder competir (y quizá superar) a todos ellos. Pero esta temporada, en El Sardinero no se tiene seguro ni jugar playoff. El Mirandés, jugando al 100%, es otro que podría tener reales opciones de ascenso, haciendo valer su reciente experiencia en Segunda. Pero para ello debe tratar de ser campeón. Los filiales suelen tener las de perder, pagando su inexperiencia en la mayoría de los casos.
Lo más importante en una eliminatoria de estas características es mantenerse sólido atrás. Equipos valientes como Logroñés y Real Sociedad B podrían pagar bien caro su atrevimiento. Por tanto, el fútbol físico puede ser un arma para tratar de competir con estos transatlánticos de la categoría. El choque de estilos y la climatología norteña pueden decantar cruces que a priori no parezcan favorables para los conjuntos del Grupo II. Pese a todo, ninguno de los clubes mencionados anteriormente está en un momento de forma estelar. A priori, el favoritismo recaerá sobre los equipos del Mare Nostrum, pero hasta que no llegue el momento de la verdad no sé sabrá. A buen seguro que en la última jornada, varios equipos llegarán lanzados a la cita decisiva.
