El Real Zaragoza viaja a Pamplona tras conseguir la victoria en cinco partidos consecutivos. Se enfrenta a un equipo al que es importante ganar, no solo para la clasificación, sino que también por la competitividad que existe entre estos dos clubes: El Real Zaragoza y el Osasuna.

En la ida

Lo que más importa ahora a los blanquillos es la clasificación, a punto de meterse en los puestos de preferencia. En la tabla, el Osasuna, sexto y en playoff, se encuentra un puesto y un punto por encima del Real Zaragoza, por lo que en este partido hay en juego algo muy importante. Esta igualdad también se respiró en el partido de ida, en el que estos equipos empataron a uno en La Romareda, partido en el que se expulsó a Jorge Pombo, jugador de Natxo González.

El partido puso fin a las fiestas del Pilar en un momento de la temporada en el que parecía que el Real Zaragoza comenzaba a arrancar para luego volver a tocar fondo. El ambiente en las gradas no decepcionaba al tipo de encuentro que se ponía por delante, ya que la afición es consciente de que el Osasuna no es un rival cualquiera para los blanquillos.

Regreso al pasado

Pero la historia con el Osasuna no se acaba aquí. Estos dos equipos se han enfrentado en numerosas ocasiones, en las que es el Real Zaragoza es el que más triunfos ha conseguido, concretamente 44 partidos. El Osasuna, por su parte, se ha adelantado en el marcador en 35 encuentros y han acabado empatados en 22. Esto suma un total de 101 partidos disputados entre estos dos clubes.

Los partidos de los que se habla han tenido lugar en diferentes categorías: Primera, Segunda y hasta Tercera División. La mayoría de los enfrentamientos se han realizado en las dos primeras ligas, pero dos de ellos tuvieron lugar en la última nombrada. La Copa de Rey también ha disfrutado de esta rivalidad, nueve veces exactamente.

Todo aficionado de los blanquillos y los rojillos es consciente de que entre ellos existe una gran rivalidad, pero no siempre ha sido así. Hubo un momento en el que los dos equipos fueron hermanos, dos ciudades cercanas en el mapa y también de corazón. El ocho de septiembre de 1957, de hecho, la Romareda fue inaugurada por el Osasuna, en un partido en el que este equipo fue invitado al nuevo estadio y vencido por el Real Zaragoza. Justo antes de comenzar el partido el alcalde de la Zaragoza de aquel entonces entregó al presidente de los rojillos una imagen de la Virgen del Pilar en rememoración del acto.

La enemistad comenzó en otro partido, de nuevo en La Romareda, un tiempo más adelante. En 1987. Durante el encuentro la grada zaragocista lanzó al portero Navarro un objeto y un conjunto de jóvenes seguidores del Osasuna reaccionaron de tal manera que se formaron como grupo oficial que pasaría a llamarse Indar Gorri, coincidiendo este encuentro con la época en la que se constituyeron los ultras de cada equipo.