La marejada pitiusa no amaina. El oleaje que arrecia a la isla formenterense desde la entrada del 2018 sigue azotando su estabilidad y cada vez de diferente forma. Ya fueran unas declaraciones polémicas, una derrota dolorosa o un sinfín de movimientos del plantel, pero siempre aconteció alguna inestabilidad.
En esta ocasión, volvemos con un apartado extradeportivo en la SD Formentera, el extraño (y vergonzoso) caso de Andrej Kotnik.
Un ''regalo'' de Reyes
Todo comenzaba el pasado 6 de enero. La SD Formentera anunciaba la flamante contratación de Andrej Kotnik, procedente del Crotone de la Serie A italiana. Vendían su firma con ilusión como el remedio a la falta de gol del equipo, destacando del futbolista de 22 años su ''corpulencia con su 1'89 y su dominio del juego con las dos piernas''.
Apenas ha disputado 134' (de nulo aporte) desde su llegada
Pero más bien fue todo lo contrario, su aportación fue nula. Su primera aparición llegaba apenas una semana después, en el derbi ante el Atlético Baleares. Disputó 64' en la derrota (1-0) de su equipo y no dejó, ni mucho menos, grandes sensaciones. Las alarmas no saltaron hasta que su falta de aclimatación se extendió más allá de su debut, con el paso de las semanas.
Nada nuevo ofrecía el esloveno y menos para la nueva cara del banquillo, Juan Arsenal. Su llegada a la isla fue avalada por su entrenador de entonces, Tito García Sanjuán, y con la llegada del nuevo técnico se vio sin sitio en la plantilla. Esto terminó de culminar su absoluta falta de aclimatación al Formentera, del cual ni siquiera sabía que su campo era de césped artificial. Y todo se juntó a que llegó en el peor y más inestable momento del club.
Y de repente, desaparece
Desde dentro del vestuario, no achacan su fracaso en la isla a su falta de calidad (que haberla, hayla) sino más a factores de actitud y motivación.
Kotnik desapareció durante casi un mes y volvió esta semana con un parte médico bajo el brazo como alegato
Este último aspecto llegó a su punto álgido hace casi un mes: el esloveno, de buenas a primeras, desapareció tras unos días de permiso que le dio el club. Nadie sabía nada de él hasta que esta misma semana volvió a dar señales. Aquí viene lo curioso del caso, tenía 'excusa': había estado malo. Hace apenas unas horas se presentó en el club con un parte médico. De película.
¿Y ahora qué? Lo último que sabemos del caso es esto, que ha vuelto, que tiene una reunión pendiente con el presidente para aclarar todo y que no cuenta para el club. La dirección deportiva trabaja para encontrarle un sustituto, pero viendo requisitos y posibilidades, el asunto bien no pinta.