El Atlético de Madrid no da tregua en la Europa League y ayer volvió a golear al Lokomotiv de Moscú. Pese a que el partido se jugaba en la capital rusa el frío y las inclemencias meteorológicas no fueron impedimento para que los chicos del Cholo Simeone se impusieran con claridad a su rival y terminaran de sellar el pase a cuartos de final.

Tras el 3-0 de la ida el técnico argentino se permitió el lujo de reservar a varias de sus estrellas, entre ellas Antoine Griezmann quien empezó en el banquillo pero que entró al campo a falta de media hora para el final. Y todo lo que hizo el francés lo hizo bien. Al poco de entrar provocó el penalti que supuso el 1-3 de Fernando Torres y unos minutos después volvió a conectar con el Niño para que hiciera su doblete y pusiera el 1-4 en el marcador.

Pero lo mejor estaba aún por llegar y es que el Atlético completó su manita con un gol de altísima factura del principito. En el minuto 85 Ángel Correa recibió un balón en el lateral del área. Con un toque sutil elevó la pelota por encima del defensor ruso y avanzó hacia dentro del área dejando el cuero atrás donde Antoine estaba solo. Y sin pensarlo el francés acarició la pelota para elevarla por encima de los defensas y del portero rival. Una parábola perfecta que convirtió al meta Guilherme en un mero espectador. En espectador de lujo de la enésima obra de arte de un futbolista que se encuentra en un momento de forma espectacular y que suma esto a su gran calidad para regalar a los aficionados al fútbol obras de arte casi en cada partido.

El museo de los golazos de Griezmann

El francés nos está acostumbrando a ver jugadas inverosímiles convertidas casi en un juego de niños. Del derechazo imposible en el Pizjuán rodeado de defensas pasamos al regate con sangre fría en el área ante el Celta del pasado fin de semana con el que parecía que Antoine paraba el tiempo y con el que eliminó al defensa y al portero gallego pasando por la falta imparable que le clavó a la UD Las Palmas, porque sí, ahora Antoine también es un cañonero a balón parado. Visto lo visto los aficionados rojiblancos estarán deseando que vuelva a rodar el balón para ver con qué maravilla les sorprende "Grizzi".