El gol, lo más recordado de un delantero. Qué duro es que un delantero no meta gol. El referente del ataque de cada equipo de fútbol, cada vez que se pone el traje de trabajo, necesita la vitamina que ensalce su principal función día tras día. De hecho, muchos prefieren un jugador que no aporte nada más, simplemente que cada balón que encuentre, balón que meta dentro de la portería.

Eso ha sido siempre, pero ahora, en este fútbol tan distinto al de antaño, los entrenadores buscan otros aspectos del delantero, en definitiva, ya no vale solo el gol. Es más, si el delantero no encuentra portería pero ha dado más de lo que se percibe fácilmente por el aficionado, el resultado es positivo.

Así lo ha reconocido Asier Garitano una y otra vez, y así lo ha demostrado una y otra vez. Cuando el año pasado retumbaba en los aledaños del estadio la cuestión de por qué tener un delantero con poco gol en el once titular que, comparado con equipos que estaban en peores posiciones, sí que tenían ese delantero goleador, él ha defendido siempre esa idea. Ahora, prima más lo colectivo, no solo el gol.

Nordin Amrabat llegó a la ciudad de Leganés en calidad de cedido este verano, pertenencia del Watford inglés, y es uno de los máximos exponentes de este dilema. Llegó justo antes de que se cerrara el mercado de fichajes. Fue una incorporación sorpresa, pero desde su debut, solo ha recibido elogios por parte de la familia pepinera, a pesar de llevar tan solo un gol en La Liga y otro en Copa del Rey, pero es que Amrabat es un delantero diferente.

Polivalente en todas las zonas ofensivas

El marroquí ha demostrado su polivalencia en cada encuentro del Leganés, es el comodín perfecto para Asier Garitano. Puede jugar en todas las zonas de ataque: tanto de delantero centro;  como escorado a banda; como de segundo delantero, y eso es lo que verdaderamente importa a un entrenador como Asier.

La función del delantero ha evolucionado de la mano de la historia del fútbol, y Amrabat cumple con creces esa evolución. Lucha cada minuto que está sobre el verde, por eso es titular. A pesar de no tener gol, da más de lo que quita, y en un equipo pequeño eso es crucial, y el salto de calidad que le ha dado al equipo ha sido bárbaro.

Es el delantero que cualquier mediocentro querría por delante de él, porque él facilita el trabajo a ese jugador que muchas veces se ve cegado por la presión que pueda ejercer el equipo contrario. Darle el balón a Amrabat siempre es un acierto, y no se encuentra cómodo si se ve relegado a quedarse en el área. Aparece y desaparece entre los defensas, lucha, pelea y, sobre todo, retiene el esférico esperando a que la ocasión pueda llegar  en cualquier momento.

Es un jugador incansable, de los que los defensas odian porque saben que no podrán con él si hace de las suyas, por eso es importante tenerle siempre vistiendo la indumentaria de tu equipo y no la del rival. Hace el trabajo que nadie ve a simple vista, y es ajeno a las estadísticas que, seguramente, no han dejado de retumbar en su cabeza cada post-partido.

Más de dos años sin anotar un gol con un club

Porque Amrabat solo ha marcado dos goles en esta temporada, pero su racha de cara a portería era nefasta. Estuvo todo el 2016 y todo el 2017 sin anotar ningún gol con un club, y aquel gol que anotó en 2015 (el último en su casillero hasta enero del 2018), lo hizo a finales del mes de abril con el Málaga. Siguió con el club malacitano hasta emprender una aventura en la Premier League, y en esas dos temporadas no metió ningún gol.

Amrabat contra el Málaga / Foto: CD Leganés
Amrabat contra el Málaga / Foto: CD Leganés

Tras su etapa en Inglaterra, volver a España fue la mejor decisión para volver a sentirse valorado dentro de un equipo y arropado por la afición. Entrar y salir del terreno de juego sabiendo que la afición reconocerá la entrega y el sacrificio derrochado en el partido es, ante todo, satisfactorio para un jugador apagado de cara a portería.

Sin embargo, el jugador ha expresado su deseo de marcharse en verano, y el Leganés, sin duda alguna, notará su pérdida. Porque Amrabat ha sido un ejemplo para los compañeros de lo que es no dar un balón por perdido. El Leganés perdería la técnica, el salto de calidad, el recurso ofensivo que le ha dado el marroquí para la elaboración. Si continúa finalmente Asier un año más, el técnico vasco perdería su comodín, ese jugador que da igual en la posición que juegue porque lo hará bien.

El equipo del sur de Madrid se quedaría sin ese jugador que vuelve loco a la defensa y que abre los espacios necesarios para que sea otro el que meta gol. Perdería el recurso perfecto para el mediocentro que no sabe cuál es la opción correcta. Perdería la energía, la garra, y la sangre fría en los últimos momentos de un partido cuando los nervios  agarrotan los músculos de las piernas.

Amrabat ha aportado experiencia, conocerse todos los trucos a la hora de afrontar un partido, y el equipo pepinero ha notado su llegada y su mejor nivel. Cerca de cumplir 31 años, el marroquí ha vuelto a ser uno de los más destacados de su equipo, a pesar de que su faceta goleadora no sea la esperada, pero para eso ya están otros que saben aparecer en los espacios que genera tras el trabajo que siempre regala