Duelo en la zona noble de la tabla. El Huesca, líder de la clasificación, será el próximo rival del Sporting en el campeonato liguero, en pleno periodo de incertidumbre por sus resultados de las últimas jornadas. El equipo aragonés, que no pasa por su mejor momento de la temporada, lleva varias semanas sin mostrar su mejor versión, una situación que preocupa en la entidad azulgrana, dado el peligro que supondría perder su puesto de privilegio. Un partido especial marcado por las aspiraciones que caracterizan a ambos conjuntos, que pasan por lograr el ascenso en el desenlace del curso.

Sin embargo, el duelo, que se disputará el próximo lunes en El Alcoraz, también significará el reencuentro del conjunto gijonés con su ex-entrenador. Rubi, técnico del Huesca desde el pasado verano, volverá a verse las caras con el Sporting después del choque de la primera vuelta, en el que el preparador catalán visitó su antiguo estadio. En aquella ocasión, el resultado del enfrentamiento fue un empate a uno que resultó insuficiente para los rojiblancos, que se habían adelantado con un gran gol de Carmona desde un saque de falta. A pesar de las malas experiencias del ex-técnico sportinguista durante su periplo en la entidad asturiana, en el que no pudo evitar el descenso del equipo gijonés a la división de plata, su rendimiento en Huesca está siendo muy diferente.

Líder desde varios meses, sus planteamientos cuajaron desde bien temprano en la dinámica de la plantilla oscense. El entrenador catalán se caracteriza por las variaciones en sus planes estratégicos, algo que se conoce a la perfección en Gijón. Desde que comenzara la temporada, Rubi ha modificado en numerosas ocasiones sus esquemas de juego, dependiendo de las necesidades del equipo en cada encuentro. En general, se trata de un técnico ambicioso y partidario del juego combinativo, que busca la portería contraria con asiuduidad y se aferra en las tareas defensivas. Los datos así lo demuestran. Hasta el momento, el Huesca lleva 44 goles a favor y 26 en contra, un balance que demuestra el hambre que ha sabido instaurar a su equipo para cumplir el soñado ascenso.