Mario Barco es un hombre al que le gustan los retos. Llegó a Lugo el pasado verano con el cartel de suplente para ser el relevo de un Polaco que no logró explotar. En este momento, con Chuli en la pole, sigue a la sombra, haciendo lo que mejor sabe hacer, trabajar. En ambas ocasiones se repitió un mismo patrón, Barco no desentonó, rindió cuando tuvo ocasión, y aprovechó los minutos que Francisco le brindó. Frente al Alcorcón vimos el claro ejemplo de esta regla: saltó al césped en el 54, luchó cada balón que pasó por su lado, y encontró el premio al esfuerzo con el tanto triunfal en el 87.

Trabajo o talento

En el esquema del Lugo, lamentablemente, no hay espacio para dos delanteros puros. Si bien Herrera parte en ocasiones desde la banda derecha o la mediapunta, se debe a la polivalencia del jugador, no a una variante táctica del míster. Esta situación obliga a Francisco a elegir entre Chuli y Barco, siendo el primero el claro ganador de esta competición interna. Ambos atacantes muestran perfiles totalmente diferentes, son la cara y la cruz.

El onubense es un delantero escurridizo, rápido. Tiene buen disparo con las dos piernas, y es mucho más técnico que su compañero, el que presenta su fortaleza física como principal argumento. Barco es un delantero rematador, de área, de los de antes. Gran cabeceador y un delantero corpulento, con capacidad para recibir el balón, retener y repartir, las tres R’s.

Con uno –Chuli- tienes la opción de servir balones al espacio, de ganar profundidad por el centro, de pillar desprevenida a la defensa rival. Sin embargo, en un equipo como el Lugo, que suele dominar en la posesión y jugar en campo contrario, quizás no sea la mejor solución. Con Barco tienes remate, mayor juego por bandas, una referencia fija. Es difícil elegir si uno u otro, la resolución posible a este caso es decidir el nueve titular en función del rival, de sus características, del la estrategia planteada. Sería un error quedarse con uno, alinear siempre al mismo, ya que cada partido es un mundo, y hay que adaptarse.