Si el viernes se hubiese podido firmar unos resultados, habrían sido los de esta jornada. A pesar de la victoria del Rayo y del Cádiz, el Sporting es incapaz de dejar de sonreírtras haber ganado ayer en Huesca, ante el colíder y donde nunca nadie había conseguido llevarse los tres puntos en muchas, muchas jornadas. Precisamente por esto, la confianza en el ascenso vuelve a hacerse visible en Gijón, que parece haberse levantado distinta después de la victoria de ayer.

Lo cierto es que las cosas se ponen muy bien para los de Baraja. Cuartos, a tan solo dos puntos del tercer puesto y a apenas cinco del ascenso directo, cuando incluso llegó a ponerse a quince. Cabe destacar que esta buena racha viene encabezada por Jony y Santos, quienes ayer, por no decir desde que el cangués llegó al equipo, firmaron un partido más digno de Primera División que de cualquier otra cosa. 

Así mismo, la victoria del Cádiz fue algo que ha trastocado los planes de los asturianos, que querían ponerse terceros después de la victoria cosechada hace apenas unas horas. Aún así, en apenas un mes se verán las caras en la ciudad andaluza en un partido que, si todo sigue así, será de infarto para cualquier sportinguista. 

Lo cierto es que el pinchazo del Granada, a pesar de ser contra el Oviedo y haber hecho que el equipo asturiano vuelva a posicionarse alerta hacia la zona alta, ha hecho que el equipo rojiblanco vuelva a volar y soñar que los puestos de ascenso directo son posibles. Lo cierto es que un empate en este partido habría sido el mejor resultado posible, si bien es cierto que, después de la victoria en Huesca, no tiene demasiada importancia.

Tampoco se debe olvidar que el Osasuna no firmó su mejor partido, y que el Zaragoza sigue ganando partidos y acercándose peligrosamente hacia la zona verde de la clasificación, dejando sin aliento a sus rivales, que ven como, poco a poco y sin hacer mucho ruido, vuelve a estar de nuevo entre las diez primeras posiciones, cuando ya parecía muy complicado que lo consiguiese. 

Lo que más preocupa a los sportinguistas es la buena racha del Rayo Vallecano, actual líder y, casualmente, el próximo rival del equipo gijonés. Precisamente por esto, y dada la importancia de este partido, El Molinón debe ser una caldera, debe recordar a aquellos años en los que se animaba desde el minuto uno hasta el 93. Porque después del esfuerzo que han realizado los de Baraja, la afición debe responder, como siempre ha hecho, ante esta posibilidad que se les ha brindado para volver a la máxima categoría del fútbol español, de donde probablemente nunca deberían haberse ido.