A falta de nueve jornadas el Valencia parece tener la clasificación para la Champions League asegurada. Aunque el conjunto che no debe confiarse, la distancia de 12 puntos que le separa del Villarreal, quinto clasificado de liga, invita al optimismo.

No solo eso, también se encuentra a cinco puntos del Atlético y a uno del Real Madrid, segundo y tercer clasificados. Esto invita a plantearse si debe el Valencia cambiar su discurso.

Teniendo ya la plaza para la Champions League prácticamente en sus manos, el Valencia tiene el lujo de mirar algo más arriba y pensar en el subcampeonato o en la tercera plaza, objetivos seguramente impensables para la afición valencianista antes de que comenzara la temporada, pero que ahora tiene a su alcance.

La afición che ha visto como su equipo terminaba en la duodécima plaza durante dos temporadas consecutivas, de las cuales en la último llegó incluso a luchar por no descender, y es por ello que, dada la situación actual, el equipo de Valencia se puede permitir ser ambicioso. Para una afición y un equipo que ya se ven satisfechos con el objetivo de Europa, conseguir algo más que eso sería una alegría aún mucho mayor.

No es ninguna casualidad que el momento actual del Valencia coincida con la llegada al banquillo de Marcelino García Toral. El técnico asturiano ha sabido cómo manejar el equipo y le ha proporcionado un estilo de juego que hoy en día es indispensable para seguir la senda de toda la temporada, sobre todo en este periodo en el que el Valencia pasa por una racha de siete partidos consecutivos sin perder, y que el técnico quiere prolongar para poder terminar tercero o, siendo algo más optimistas, segundo.

Marcelino es, sin duda, el gran culpable de que el Valencia pueda cambiar el discurso, y tratará de aprovechar el parón de selecciones para preparar el último tramo de la temporada y coronarse así como se merece.