Además de ser reconocido a nivel mundial como uno de los mejores futbolistas de la historia, el crack argentino demuestra día tras día que está en un estado de forma incuestionable y que es capaz de seguir regalando espectáculo allí por donde pisa. Y lo ha vuelto a hacer. El delantero rosarino dribla a todo rival en su nueva campaña publicitaria para Adidas, donde patrocina sus nuevas dotes y se anima a regatear hasta a su amigo y compañero en el terreno de juego, Luis Suárez.

Con el 10 a las espaldas, el mundo del fútbol se rinde a sus pies. No hay partido en el que el argentino no cargue con su equipo y sea determinante por su juego y sus goles. Su efectividad ronda la perfección y tiene una puntería que es temida por sus rivales. Leo Messi somete a sus rivales a un juego que en todo momento, parece ser efectuado a contracorriente por la velocidad que proporciona al equipo. El regate y su capacidad para regalar asistencias le atribuyen récords personales como el de los tiros directos, donde definitivamente, el argentino encandila a los cancerberos europeos, quienes por mucha perseverancia que pongan en el intento de frenar sus lanzamientos, terminan desistiendo en el intento y admitiendo que es un jugador incomparable.

Cuando el argentino sale al terreno de juego y un colegiado pita una falta a favor del conjunto azulgrana, el jugador desoye a la afición, se encierra en una burbuja y concentrado al máximo, bate a todo rival con una puntería que en más de una ocasión, ha rozado la perfección a pesar de la distancia a la que es efectuada.

Hasta en los anuncios publicitarios, cualquier rival no le es suficiente al argentino.
Dejando una vez más, al mundo del fútbol boquiabierto, el argentino ha regateado a conos, a un perro, a Luis Suárez, e incluso a todo un equipo de rugby. Con sed de fútbol y ráfagas de espectáculo, no hay estadio o afición que no se rinda ante un Messi que cuando toca el balón, hace que se tambaleen los cimientos futbolísticos de todo un equipo, rompiendo las reglas del juego y con libertad de movimiento, provocando una oleada de goles que con recitales incluidos, suben al marcador de forma repentina.

El argentino maravilla con su efectividad goleadora, pero también lo hace con su simpleza en cuanto a táctica. Cuando Leo Messi toca un balón, el juego ofensivo del conjunto azulgrana se dispara y con acciones tácticas milimétricas, bate a toda una zaga defensiva en busca de triunfos colectivos y no individuales. Admirado, pero modesto, Leo Messi es un ejemplo a seguir en el mundo del deporte.

El mundo del fútbol continúa en modo prórroga y el espectáculo de Messi perdura. Más de 13 años en la élite mundial el fútbol, más de 700 partidos, más de 600 maniobras reflejadas en goles y el argentino sigue sumando registros, récords y haciendo enloquecer a cada aficionado cuando acaricia el balón.

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