La temporada realista va llegando a su fin, tras un curso plagado de decepciones y críticas al equipo, que no ha cumplido las expectativas, y que ha fracasado en todas las competiciones que ha disputado, aunque en Europa superó la fase de grupos. Todo ello ha llevado a la Real a una situación insostenible, no solo en lo deportivo, sino también en el ambiente de crispación que se ha creado en la afición txuri urdin. Para resolver esta situación, que tenía a la Real abocada al fracaso, se decidió prescindir de Eusebio y Loren de una tacada, suponiendo el final de un proyecto deportivo y también de la era, larga, de Lorenzo Juarros como director deportivo del club donostiarra. Y en esta situación ha llegado Imanol Alguacil al cargo de entrenador del primer equipo, con la Real esperándole (a él o a cualquiera que cambie el rumbo deportivo, extradeportivo e institucional) como agua de 'marzo', cambiando el famoso dicho popular debido al mes en el que se produce el relevo.

El subidón inicial fue un espejismo

La Real Sociedad llegó al mes de agosto con unas expectativas importantes para la temporada que significaba el regreso a Europa. Y la importancia del curso se vio en el equipo en el inicio de la liga. La Real volvía a enamorar en el campo, y se colocó como líder de la competición doméstica después de ganar los tres primeros partidos a Celta, Villarreal y Deportivo con sendas exhibiciones futbolísticas. Por si fuera poco, los realistas golearon al Rosenborg en Anoeta para darle el pistoletazo de salida a la Europa League. La euforia era aparente en Donostia, pero nada más lejos de la realidad. La Real comenzó a decaer tanto en resultados como en juego poco a poco, y pese a alegrías puntuales, como la clasificación para los dieciseisavos de final de la Europa League, la Real decepcionó a todos. 

Toño, Kevin y Navas se retiran cabizbajos. Foto: GIO BATISTA/VAVEL

El bajón futbolístico empezó a salpicar a Eusebio desde muy pronto, culpándole la mayor parte de la afición de los malos resultados por continuar con su idea de juego. Esto, unido a que los puestos europeos en liga cada vez se veían de más lejos debido a las continuas derrotas y empates, y que el Lleida, de Segunda B, remontó en Anoeta eliminando al equipo realista de la Copa del Rey a las primeras de cambio, terminaron por formar un ambiente enrarecido, que poco podía aportar a un equipo en horas bajas.

La Real no conseguía aguantar los resultados cuando empezaba ganando, pero menos aún remontar un resultado adverso, y eso disminuía mucho las opciones del equipo en cualquier encuentro. Todo esto afectó al ambiente previo a la eliminatoria europea frente al Salzburgo. La Real se volvió a dejar empatar en el añadido, después de remontar un 0-1, cosa que no hacía nunca, y eso perjudicó al equipo en la vuelta en Austria, donde la Real cayó con merecimiento ante 2000 valientes realistas que viajaron con su equipo. El verse sin opciones en ninguna competición en febrero ahogó a Eusebio, su cuerpo técnico y Loren, que han sido cesados de sus cargos, dejando en evidencia el fracaso del proyecto muy pronto, quizás demasiado.

¿Será Alguacil el que cambie todo?

Ahora llega Imanol Alguacil, que asciende de equipo, dejando al Sanse en tercera posición y en condiciones de pelear por ascender a la categoría de plata. ¿Será él quien reconduzca la situación del primer equipo? ¿Será Imanol el elegido para entrenar a la Real la temporada que viene? Son preguntas sin respuesta, por el momento. La Real afronta nueve partidos con la intención de competir en todos ellos y sacar puntos y sensaciones positivas para acabar lo más arriba posible, lo que implicaría más dinero de los derechos televisivos. De esta recta final de temporada dependerá si Imanol continúa como entrenador o Aperribay contrata a otro para la temporada 2018-2019.

Alguacil dirigiendo al Sanse en Zubieta. Foto: GIO BATISTA/VAVEL
Alguacil dirigiendo al Sanse en Zubieta. Foto: GIO BATISTA/VAVEL