Deambulando por media tabla. Esta ha sido la tónica que ha seguido el Espanyol durante la mayor parte de la temporada. El equipo no ha encontrado el rumbo definitivo que le permita fijarse un objetivo claro en esta temporada, de modo que ha ido divagando por la mediocridad. Los blanquiazules se encuentran por ahora decimocuartos con 35 puntos, pero alejados tanto del descenso, que está a 14 puntos, como de la séptima plaza, que la marca el Girona con 43 puntos. Y en juego aún nueve jornadas. ¿Cuáles son ahora las ambiciones de los hombres de Quique Sánchez Flores?

Tanto entrenador como jugadores han indicado que la voluntad del equipo es quedar en lo más arriba posible en la clasificación. En esta línea, Dídac Vilà indicaba en rueda de prensa que “lucharemos por posiciones más altas”, al mismo tiempo que apuntaba que “nuestro objetivo sigue siendo sumar el máximo número de puntos posibles y por lo tanto no nos dejaremos ir, seguiremos trabajando igual”. Así pues, en el vestuario no hay la voluntad de bajar los brazos en este tramo final de temporada y se quiere seguir luchando para quedar dejar al club lo mejor que se pueda.

Adiós a Europa en el Villamarín

Fue el pasado sábado ante el Betis fue donde se desvanecieron las mínimas opciones que quedaban al equipo de luchar por la séptima posición que, muy probablemente, también dará el pase a Europa (todo depende de que el Sevilla confirme su puesto en competiciones europeas). Tras siete jornadas sin perder, los hombres de Quique Sánchez Flores visitaban el Villamarín con bastante optimismo pero la goleada por 3-0 sentó como un auténtico jarro de agua fría y ha hecho volver a la realidad. A estas alturas, lo que parece más claro es que el objetivo del equipo es luchar por el top-10 y quedar lo más arriba posible.

¿Objetivo top-10?

Tras acabar la jornada 29, la décima plaza de la clasificación la marca el Celta con 39 puntos, cuatro más que los pericos. Pero, ciertamente es una distancia corta, teniendo en cuenta que el Celta aún tiene que medirse a rivales como Real Madrid, Villarreal, Valencia o Barcelona. Pero, los pericos tampoco pueden relajarse. En los nueve encuentros que les quedan visitaran al Valencia, Getafe, Girona, Atlético y Athletic, mientras que recibirán en casa a Alavés, Eibar, Las Palmas y Málaga. Ante este complicado calendario, los puntos en Cornellà no deben dejarse escapar si los jugadores quieren cerrar el campeonato con una buena cifra de puntos.

Y es que ciertamente, este ha sido un mal año para los pericos y así lo demuestran las cifras. El año pasado el equipo consiguió terminar en octavo lugar con 56 puntos, mientras que hace dos temporadas, decimotercero con 43. Este año, el que tenía que ser el “Espanyol 2.0” a falta de 27 puntos por disputar, no parece que vaya a superar los números conseguidos en el curso pasado.

Incógnitas también en los despachos

Las incógnitas sobre el rumbo que debe coger el equipo no solo están en el vestuario y el terreno de juego. En las oficinas del club ya trabajan en el que será la continuación del proyecto de Chen, que se ha visto relentizado.

“Espero que el Espanyol esté en Champions y saneado en menos de tres años”, decía contundente el presidente de la entidad blanquiazul a principios de 2016. Pero dos años después, parece que éste será un objetivo más a largo plazo. En los despachos hay muchos asuntos abiertos, como son todas las cuestiones referentes a la portería, la venta necesaria de algún que otro jugador o quién ocupará el banquillo la siguiente temporada en el caso que Quique Sánchez Flores no continúe.

Ante todas estas incógnitas y vista la situación del equipo, todas las miradas están puestas en sacar los máximos puntos posibles de aquí a final de temporada.